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Debate vigente

Lenguaje inclusivo o exclusivo

Buscando equiparar los diferentes géneros sexuales se estaría creando una discriminación hacia ellos al anularlos oral y gráficamente.

lenguaje inclusivo
En países donde las normas de género siguen arraigadas, las normas tradicionales del lenguaje pueden convertirse incluso en un obstáculo para la igualdad. | PIXABAY

Palabras… esas que tanto cambiamos con los años. Esas que ya no respetamos, que las transformamos sin arrepentimientos. Las que nos enseñaron a comunicarnos, a expresar nuestros sentimientos más puros, más profundos y también nuestros miedos.  

Esas que dependen de las regiones donde las aprendiste para darles un significado. Es la forma de comunicación más común, la más usada, la más clara y entendible. Es el camino de comunicación en el cual no tendría que haber errores ni malas interpretaciones.  Ellas te entretienen, enseñan, molestan, excitan, te provocan miedo, tristeza y risas. Nos permiten crear mundos de fantasía, describir sueños, vivir de ellas. No solo los escritores, absolutamente todos las necesitamos. Las palabras tienen un poder inalcanzable, llegan a las moléculas de todo el universo, las cambian, las transforman. (Experimento de Emoto). Pueden entonarse, tienen música, puedes repetirlas, nunca se gastan, puedes copiarlas, escribirlas, imprimirlas, enviarlas.

 Hay algunas que como la vida misma van muriendo. Recostadas en el olvido ellas quedan en los diccionarios de la historia.  Pero también por milagro pueden ser rescatadas del silencio y volver con más vida que antes a poblar los labios de los jóvenes inaugurando épocas futuras.  Es triste que con el valioso acervo lingüístico que tenemos, no cuidemos de él como debiéramos. Tenemos el poder de designar el mundo a través de la palabra. Darle nombre a las cosas visibles e invisibles, normales y paranormales, existentes o imaginarias.  Podemos también usar la magia de las metáforas  para reforzar sus significados. 

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 El mundo está en crisis en varias áreas y la lengua española no es excepción

El mundo está en crisis en varias áreas y la lengua española no es excepción. Como estamos viviendo una inflación lingüística, aparecen nuevas palabras con la búsqueda imaginaria de una igualdad y originamos una discriminación de género. Hay varios intentos de darle poder a una “e”, ese poder que no podemos demostrar con nuestros conocimientos y méritos. La “E” siendo ya una vocal fuerte se transforma entonces en super poderosa. Pero, al colocarla como bastón social nos hace débiles. Buscando equiparar los diferentes géneros sexuales estaríamos creando una discriminación hacia ellos al anularlos oral y gráficamente, haciéndolos desaparecer, invisibilizándolos  como si existiera una vergüenza hacia el género femenino , en vez de orgullo. Eliminar la diversidad para uniformar.

Pero esta tendencia tiene sus fallas, los artículos y pronombres no pueden ser obviados, cuando hables de artiste en lugar de artista que ya de por si tiene terminación femenina, deberás agregarle el articulo o el pronombre para aclarar si es “la o el”. Recordemos, muchos nombres de trabajos considerados antiguamente masculinos tenían terminaciones femeninas: electricista, taxista, taxidermista, maquinista, oficinista y muchos más. O sea que estas palabras terminadas en una vocal considerada femenina, eran usadas para hombres. La RAE las califica como palabras femeninas y masculinas o sea inclusivas. Debemos tener en cuenta que los jóvenes y niños que aprendan mal el idioma tendrán menos posibilidades laborales. 

Buscando equiparar los diferentes géneros sexuales estaríamos creando una discriminación hacia ellos al anularlos oral y gráficamente

El lenguaje inclusivo no podrá eliminar la diferencia sexual. Entiendo la aparición de este lenguaje  como una búsqueda desesperada de integración total a una necesidad de sociedad asexuada, tratando de eliminar la supremacía masculina. Si bien hemos avanzado en los cambios de nombres, en operaciones de cambios de sexo y en derechos humanos, considero que este lenguaje inclusivo no va a reafirmar las posiciones que se quieren lograr en la sociedad, ni a eliminar diferencias invisibilizándolas con las palabras. Considero que solamente logrará hacer desaparecer las palabras con terminaciones femeninas y las masculinas que dentro del idioma marcaban y proyectaban  a la mujer o al hombre aunque ellos no participaran a pesar de que muchos oficios considerados antiguamente masculinos tenían terminaciones femeninas.

Las palabras terminadas en “e” o en consonante ya de por si también son inclusivas, no es necesario cambiarlas: presidente, albañil, estudiante, joven, y muchísimas más, y sus respectivos plurales ya son incluyentes: albañiles, presidentes, estudiantes, jóvenes etc. Cambiarlas intentando hacer un lenguaje inclusivo solamente agrega elementos para deformar a las palabras que ya son incluyentes, transformando el lenguaje en algo cada vez más complejo, dado que a palabras que son inclusivas si se les agrega una “a” la transformamos en “exclusiva”:*jovena*albañila*presidenta*fiscala*,  que es lo que se pretendería evitar y es la causa de esta tendencia. Estaríamos creando un dialecto que tendría menos valor que el lunfardo. Toda creación debe poseer una inteligencia de base para poder ser transmitida y no morir en el intento. Además, los niños y adolescentes deben de aprender lo que sea mejor para sus futuros laborales.  Sería lúcido conocer bien el lenguaje español para poder realizar correctamente los cambios.

Las palabras  nos dan el poder de unir al mundo o de crear el caos. Al fin y al cabo una Torre de Babel no nos llevará a ningún entendimiento ni a sólidas estructuras. Después de todo ¿Le Argentine  seguirá siendo un país, le país o una país?