ELOBSERVADOR
Después de las PASO

¿Puede ser esto una oportunidad para el Presidente?

Por qué se puede considerar una crisis de manual los hechos sucedidos a partir del resultados de las elecciones primarias.

Alberto Fernández
Alberto Fernández, presidente de la Nación | CEDOC

Estamos habituados a escuchar que las crisis son oportunidades. Sin embargo, hay que decir que esta frase no le cae tan bien ni es considerada tan ‘inteligente’ a aquella persona que la está sufriendo. Las crisis son subjetivas: no todos los implicados pasan por los mismos efectos, aunque estén cerca. Pero en esta ocasión, es posible que para Alberto lo que está pasando sea una oportunidad de colocarse en un lugar mejor en el espacio político argentino. Por otro lado, del mismo modo que es una oportunidad para el Presidente, puede ser un ‘paso en falso’ para Cristina. Lo que hay que aclarar desde el vamos es que ambas cosas (la oportunidad para el primero y la amenaza para la vicepresidenta) no está tan decidida de antemano, sino que depende de las jugadas que se vayan dando a lo largo de los próximos días.

Trataré de analizar la crisis con cierta distancia, como siempre hago en estas notas, ya que creo que es posible tener una mirada que explique el funcionamiento de una situación por encima de los protagonistas, de los detalles y de las simpatías y antipatías con cada uno de ellos.

 Es posible que para Alberto lo que está pasando sea una oportunidad de colocarse en un lugar mejor en el espacio político argentino.

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Las crisis verdaderas son crisis de poder. Estamos ante una crisis objetiva, real. Las crisis son situaciones en las que se pone en juego el poder de alguien. Si no está en juego el poder de alguien, entonces, no estamos delante de una crisis objetiva. Las crisis son situaciones virtuales, arenas movedizas, en las que el juego de poder no está completamente asegurado. Depende de las jugadas de cada uno. Las crisis reales son situaciones en las que se pone en equilibrio de relaciones de poder de alguien. El juego de las relaciones de poder es lo que entra en un espiral de cambio y el resultado de esta dinámica es lo que caracteriza a la crisis por su imprevisibilidad. Digo esto porque es la manera de observar con realismo y distancia analítica lo que sucede ya que nadie sabe muy bien cómo terminará todo. Depende de cómo construyen relaciones de dependencia uno y otra.

Las crisis no son imprevistas. Otra cosa que esta crisis demuestra: las crisis no son hechos que no se puedan predecir. La crisis era previsible porque tenía un alto grado de probabilidad. Repito: las crisis no son situaciones imprevistas. Dejemos de pensarlas como hechos o situaciones improbables. Por lo menos, en la mayoría de los casos. Las principales crisis provienen de situaciones que conocemos. La alianza del Frente, el modo como surgió, la insatisfacción de las expectativas que casi todos tienen con el Presidente, las mini-crisis anteriores, el resultado de las elecciones, todo esto activó la ruptura. Pero principalmente, el comportamiento del Presidente en relación con su ‘jefa política’. Cristina es la ‘jefa política’ de Alberto. En política es necesario reconocer quién es el jefe y no se puede tener más de uno (en este caso, de una). Esto nos vuelve al punto anterior: la crisis es un reequilibrio de poder; y saber quién manda es clave.

Alberto y Cristina

La comunicación pública tiene un lugar más o menos preponderante en esta crisis. La clausura de la crisis está relacionada con el consenso explícito. El mensaje de Fernanda Vallejos fue demasiado fuerte para los observadores de la crisis. El audio de Vallejos fue una mirada descarnada de cómo la parte más poderosa de la alianza del Frente se ve a sí misma y ve a los otros integrantes del espacio. Durante todo el día de ayer muchos esperábamos ver las apariciones de quiénes apoyaban explícitamente al Presidente o a la ‘institucionalidad’ o a la ‘democracia’, o a cualquier cosa que sea la estabilidad y la permanencia de Alberto en su cargo. Y quiénes y de qué modo daban señales a favor del movimiento realizado por los ministros de Cristina.

El modo de manejar el disenso puede ser clave para fortalecer o debilitar la posición de cada jugador. Más allá de los titulares de los principales medios diciendo que Cristina había ‘intimado al Presidente’, el tono de la carta es mucho más racional y mesurado de lo que se suele ver y oír de la vicepresidenta. El modo de manejar el disenso es clave para conseguir consenso. El disenso cambió de estado: pasó de una postura de acciones sin explicar a una en la que se muestran las cartas arriba de la mesa. El mensaje de Cristina muestra la versión completa, sus intenciones, los antecedentes y la visión de futuro.

Nuevo audio de Fernanda Vallejos: "Alberto está atornillado con todos los inútiles que tiene en el Gabinete"

La ambigüedad de Alberto fue muy clara. Silencio de Alberto fue más claro de lo que se supone. El silencio es una señal de que lo que le están ordenando no se realiza de modo automático. No hay acción compulsiva. Por lo menos por ahora. Esta actitud cambió la dinámica de la situación porque es un signo suave y sutil de desobediencia. Y donde puede ser que se abra la trampa para Cristina. El silencio de Alberto le permitió recuperar posiciones. El silencio y las idas y venidas marcaron una posición diferente: de subordinación a una jefa a opciones a una ‘socia’.  

En definitiva, pocas veces tenemos delante de nuestros ojos una crisis tan perfecta, tan de ‘manual’. En otras crisis políticas, las circunstancias son menos claras y es menos probable que se pueda observar tan bien, el funcionamiento y las acciones de los participantes.

Si el Presidente consigue más apoyo explícito, puede cambiar la historia de su presidencia y la de la política argentina. ¿Cuánta probabilidad hay de que suceda esto? No lo sé. Tal vez alguien se atreva a dar una definición contundente. De todos modos, hay que saber que muchos de los males que vivimos son el resultado de nuestra super-contundencia en saber cómo son las cosas.