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Aniversario

Recordando a Sebreli

Este 1° de noviembre se cumple un año del fallecimiento de Juan José Sebreli, uno de los más destacados ensayistas argentinos. El autor de esta nota, que ha escrito un libro dedicado a la trayectoria intelectual del escritor, ofrece aquí un panorama de su obra.

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Mucho por redescubrir. Aunque fue un ensayista muy conocido, Sebreli ha sido poco estudiado. | cedoc

El 1° de noviembre de 2024 falleció Juan José Sebreli, pocos días antes de lo que hubiera sido su cumpleaños número 94. Nacido el 3 de noviembre de 1930, comenzó a intervenir en el campo intelectual desde joven, publicando, ya en los años cincuenta, sus primeros trabajos en destacadas revistas literarias del momento. Luego, en 1960, dio a conocer su primer libro ensayístico y pocos años después, en 1964, su segundo libro, que se convertiría en uno de los más importantes best-sellers de los años sesenta. De ahí en más, Sebreli publicó numerosos ensayos de muy variados temas hasta prácticamente sus últimos años de vida. Por ello, abarcar una trayectoria de alrededor de setenta años es una tarea altamente dificultosa. En esta nota, lo que pretendemos es realizar un acercamiento a su obra a través de un breve examen de algunos de sus textos más representativos dados a conocer en distintos momentos de su itinerario.

En 1949, Sebreli ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Si bien pronto abandona esos estudios, continúa estando vinculado a ella pues frecuenta el ambiente intelectual que la rodeaba, que es lo que él denomina “la bohemia de la calle Viamonte” (debe recordarse que en esa época dicha casa de altos estudios se hallaba en esa calle). Es así como en los años cincuenta comienza a colaborar con algunas revistas culturales vinculadas a la mencionada facultad (Centro, Las ciento y una, Contorno), aunque también lo hace en otra no relacionada con ella (Sur). De estas participaciones, puede considerarse que las principales son las realizadas en Contorno y Sur.

Con referencia a Contorno, la contribución de Sebreli más destacada es “Los matinfierrristas: su tiempo y el nuestro”, efectuada en el primer número de la revista, de noviembre de 1953. Ese texto ha sido considerado por la crítica como una especie de manifiesto no declarado del grupo. Puede decirse que el artículo del ensayista permite una cierta identificación del “nosotros”, de quienes son los participantes de la experiencia de Contorno por la negativa, es decir, por lo que ellos no son. Ellos, los “contornistas”, pertenecerían a una generación y a un tiempo diferente de los “martinfierristas” (los colaboradores de la revista literaria Martín Fierro, publicada en los años veinte). Por ello, los “contornistas” tendrían preocupaciones más serias, distantes del clima festivo que les adjudica a los “martinfierristas”.

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En cuanto a Sur, la colaboración del ensayista más relevante es el artículo “Celeste y colorado”, aparecido en el número 217-218, del año 1952. Allí, el autor propone que nuestra historia está recorrida por enfrentamientos, que pueden sintetizarse en las denominaciones de “celeste” y “colorado”. Para nuestro autor, la posición “colorada” “es la del realismo político, se basa en el mundo y no en el hombre; lo objetivo predomina sobre lo subjetivo”. Por el contrario, para él, “la actitud celeste” “se basa en el hombre y no en el mundo, lo subjetivo predomina sobre lo objetivo”.

Por otro lado, Sebreli da a conocer su primer libro ensayístico en 1960, Martínez Estrada, una rebelión inútil. Como su título da a entender, este es un ataque a quien en esa época era considerado uno de los principales ensayistas, Ezequiel Martínez Estrada. Uno de los cuestionamientos principales es el señalado en el capítulo “El fatalismo telúrico”, donde nuestro autor sostiene que este interpreta como circunstancias histórico-geográficas lo que en verdad son factores socioeconómicos. Asimismo, otro de los elementos que le critica es la concepción de la historia como algo cíclico que tiende a repetirse (en el capítulo “El eterno retorno”), pues, oponiéndose a lo que sería esta concepción, el autor sostiene la continua transformación y la no repetición de los sucesos, ya que para él la historia es fruto de la creación del hombre en cada tiempo concreto.

En 1964 aparece la que es sin duda la obra más difundida de Sebreli y la que hizo que el entonces joven de 33 años fuera conocido por una amplia franja del público. Por supuesto, nos referimos a Buenos Aires, vida cotidiana y alienación. El ensayo consta de cinco capítulos; el primero dedicado a explicitar cuáles son los criterios teóricos y metodológicos que guiarán su obra. En ese capítulo, titulado “El método”, critica las distintas formas de enfocar el mundo social, tanto sea una determinada concepción de la sociología (a la que denomina como “burguesa” o “estadística”) como cierta visión del marxismo (que llama “vulgar” o “esquemático”). Por ello, para obviar las dificultades que presentarían ambas, su propuesta consiste en seleccionar aspectos que le parecen provechosos de cada una y combinarlos de una forma que considera superadora.

En cuanto a los restantes cuatro capítulos de Buenos Aires, vida cotidiana y alienación, cada uno de ellos está dedicado a analizar una clase social diferente (burguesía, clase media, obreros, lumpen). Una de las originalidades del ensayo (y que posiblemente haya sido uno de los factores de su éxito) es utilizar un “enfoque ecológico” para las clases sociales, es decir, ubicar geográficamente dentro de la ciudad de Buenos Aires los lugares en que residiría cada una. A modo de ejemplo, podemos recordar la forma en que el autor ubica a la clase media: “Una larga franja que cruza la ciudad por el medio –parroquias de Flores, San Carlos, San Cristóbal, Balvanera, Concepción, Montserrat y San Bernardo– y constituye una frontera entre el Norte oligárquico y el Sur obrero, es la significativa zona ecológica de la pequeñoburguesía”. Asimismo, en este ensayo se puede observar cómo en esa época Sebreli adscribía al marxismo, entendiendo que las clases sociales eran antagónicas, estando reservado al proletariado la misión de ser el que dirigiera un proceso revolucionario.

Unos años después, en 1970, nuestro autor publica Mar del Plata, el ocio represivo, donde nuevamente examina un fenómeno social ligado a la “vida cotidiana” de una ciudad, como en Buenos Aires, vida cotidiana y alienación. En cuanto a la organización del texto, este consta de una “Introducción” y trece capítulos. Los primeros doce están referidos a la historia de Mar del Plata acompañados por numerosas fotografías que muestran la evolución de la ciudad balnearia, mientras el capítulo trece presenta rasgos bien diferentes (aunque también tenga fotografías). Si los primeros doce capítulos son más bien de tipo narrativo con la inclusión de variadas descripciones, el capítulo final es más abstracto, de tipo argumentativo, interpretativo, basado en cierta teoría. En ese capítulo final es observable la influencia de un filósofo de gran notoriedad en esa época, Herbert Marcuse, uno de los principales exponentes de la primera generación de la llamada Escuela de Frankfurt. Allí Sebreli realiza una personal apropiación de la noción de “desublimación represiva” de Marcuse, ya que según nuestro autor la necesidad del ocio es legítima, pero la forma de satisfacerla no lo es, pues las vacaciones serían una falsa solución que estaría acorde al sistema social dominante. Cabe señalar que en este texto continúa viéndose la influencia del marxismo en el ensayista argentino, aunque adicionado con elementos freudianos (lo que se denominaba en la época como “freudomarxismo”).

Por otra parte, el año 1983, año de la recuperación del sistema democrático luego de la dictadura militar, marca un hito en el pensamiento de Sebreli, ya que en el ensayo que publica en ese año queda explícita la postura que asumirá de allí en adelante con respecto al peronismo. En efecto, Los deseos imaginarios del peronismo constituye una fuerte crítica a tal movimiento político, lo cual implica un claro cambio con respecto a su postura anterior, que era la de observarlo con cierto grado de simpatía. En esta obra defiende la tesis de que el peronismo es a la vez bonapartista y fascista, afirmando explícitamente: “Si el fascismo es un bonapartismo plebeyo, el bonapartismo es un fascismo conservador. Perón, que fluctuó entre el bonapartismo y el fascismo, tenía su lado plebeyo y también su lado conservador”. Esta tesis sobre que fascismo y bonapartismo no son mutuamente excluyentes puede considerarse discutible, ya que es usual entenderlas como dos formas políticas diferenciadas y, de hecho, el propio Sebreli, en su anterior ensayo, Eva Perón, ¿aventurera o militante? (1966), había sostenido tal distinción, pues allí negaba que el peronismo fuera una forma de fascismo, caracterizándolo como bonapartismo.

En esta obra dedicada a analizar el peronismo, cabe destacar también que el ensayista es uno de los primeros en abordar el fenómeno Montoneros (recordemos que recién concluía la dictadura militar). El título del capítulo dedicado a Montoneros, “Fascismo de izquierda”, es elocuente en cuanto a qué es lo que intentará sostener en él. Un aspecto para señalar de su argumentación (que será también considerado luego por otros analistas) es el pasado católico de miembros de esta organización armada, lo que para nuestro autor explica algunas características de esta, como “el irracionalismo, el sectarismo, el ascetismo, el culto del sacrificio individual en aras de la humanidad, el anhelo de absoluto, la adoración de la muerte”.

Si en los ensayos anteriores se veía claramente el abordaje de fenómenos desde una perspectiva sociológica (los referidos a Buenos Aires y Mar del Plata) o política (el dedicado al peronismo), en los años noventa puede observarse la faceta filosófica de Sebreli, pues en 1991 aparece el primero de los textos destinado al tratamiento del tema “modernidad/posmodernidad”. En efecto, con El asedio a la modernidad. Crítica al relativismo cultural, el autor inicia lo que puede considerarse una “trilogía” dedicada a un rescate de los valores de la modernidad y al cuestionamiento del “irracionalismo” (la antítesis de la “razón”, pilar de la modernidad). Los otros dos textos que formarían parte de esa trilogía son Las aventuras de la vanguardia (2000) y El olvido de la razón (2006). El hecho de que en su madurez le dedicase tres textos a la mencionada problemática da una idea de la importancia que el ensayista le otorgaba a esta.

El asedio a la modernidad se abre con citas de Jürgen Habermas, filósofo alemán perteneciente a la segunda generación de la Escuela de Frankfurt, donde realiza una defensa del “proyecto moderno”. A lo largo del ensayo, Sebreli se muestra como un acérrimo defensor de los valores de la modernidad y por ende contrario a los que se opondrían a esa concepción. En este sentido, hay que destacar que nuestro autor aparece claramente como crítico del Romanticismo alemán, ya que lo considera como un caso especialmente relevante de la perspectiva irracionalista. Al respecto, en el primer capítulo, el ensayista sostiene: “Los románticos antiilumnistas oponían al universalismo las particularidades nacionales, étnicas y culturales; a la razón abstracta, la emoción; al progreso, la tradición; al contrato social, la familia; a la sociedad, la comunidad. (…) Contra lo racional, aquello en que todos los hombres pueden ponerse de acuerdo, los románticos antiilumnistas priorizaban lo irracional, la parte singular e incomunicable de cada hombre”.

Por otro lado, en el inicio del siglo XXI, se produce en nuestro país la llamada “crisis del año 2001”. Si bien el nuevo ensayo de Sebreli publicado en 2002 no estaba destinado a explicar tal fenómeno, como en él nuestro autor analiza las diversas corrientes políticas que se sucedieron en la Argentina, entiende que en este texto podrán encontrarse claves para comprender la crisis (de hecho, el libro se titula Crítica de las ideas políticas argentinas. Los orígenes de la crisis). De lo antedicho, queda claro que aquí nuevamente puede verse al Sebreli interesado en lo político. Además, en cuanto a lo tratado en él, nuestro autor examina las siguientes corrientes: conservadurismo, radicalismo, nacionalismo, peronismo, militarismo, izquierdas y lo que el autor denomina “transición del liberalismo al nacionalismo”. Por otra parte, el último capítulo no está dedicado a una vertiente política en particular, sino que está dirigido a analizar la situación política argentina de las últimas décadas.

Ya avanzado el siglo XXI, cuando Sebreli tenía 85 años, publica la que sería su última obra original y como único autor, ya que con posterioridad solo da a conocer una nueva versión de un texto anterior o ensayos escritos en coautoría. La obra a la que nos referimos es Dios en el laberinto. Crítica de las religiones, publicada en 2016 y que presenta peculiares características. Por una parte, por primera vez en su extensa trayectoria el ensayista dedica una obra al fenómeno religioso abarcándolo desde muy distintos ángulos; por otra parte, este ensayo tiene una extensión inusual ya que cuenta con 738 páginas. Además, se puede considerar que es un texto ambicioso ya que tiene una gran amplitud temática, pues no solo analiza en él las principales religiones monoteístas e incluso algunas creencias orientales, sino que lo hace a través de los siglos desde la antigüedad hasta la época contemporánea. En ese recorrido, además de referirse a Moisés, Jesús o Mahoma, aparecen figuras del ámbito religioso de diversas épocas y lugares, así como del mundo intelectual o de la política de la actualidad. De este modo, Sebreli combina en el ensayo elementos de muy variada naturaleza, ya que algunos son muy abstractos, metafísicos y lejanos en el tiempo, pero otros son concretos, mundanos y de la época actual. Es decir, es un texto que trata tanto las “grandes religiones” que nacen en épocas lejanas (cristianismo, judaísmo, mahometismo) como temáticas cercanas en el tiempo y a la realidad argentina (Jorge Bergoglio y la Compañía de Jesús, Jorge Bergoglio y Guardia de Hierro, los vínculos entre el catolicismo y la política, las corrientes católicas posconciliares).

Por último, debemos señalar que, aunque fue un ensayista muy conocido, Sebreli ha sido poco estudiado en sí mismo. Es decir, si bien por ejemplo se lo nombra obligadamente cuando se trata la revista Contorno o el desarrollo de una nueva izquierda en los años sesenta, siempre se lo ha tenido en cuenta como formando parte de un conjunto mayor, pero no en sí mismo en forma exclusiva. En este sentido, nuestro libro dedicado a su trayectoria intelectual constituye un intento de cubrir esa carencia.

*Licenciado en Letras (UBA), doctor en Ciencias Sociales (UBA). Autor del libro El incansable polemista. La trayectoria intelectual de Juan José Sebreli (2024).