El nombre De Stefano es sinónimo de tradición en el mundo de la marmolería. Tal y como lo dice en su página web, la historia familiar comenzó en Argentina en 1910, cuando los barcos de Europa llegaban al país con mármol de carrara. Ese legado continuó de padres a hijos y, hoy en día, Luis De Stefano sigue la tradición. “Empecé hace 40 años en la fábrica de la familia, hasta que en el año 2001 me independicé”, comentó De Stefano.
En sus primeros pasos en solitario, contaba con una fábrica de más de 100 años que era completamente obsoleta, pero en el transcurso de estos más de 20 años se volvió una empresa de renombre que trabaja con la última tecnología en la materia. “En un inicio éramos una persona más y yo, después incorporé a otro chico y con el tiempo fuimos sumando más gente Gracias a muchas empresas que confiaron en nosotros crecimos, y hoy somos 45 personas”, detalló. “Tenemos 4 vehículos para entregar el material y hacemos trabajos en prácticamente todo el país. Incluso, muchos de los que colocan el material es personal nuestro”, aseveró.
Evolución: del mármol de Carrara al “Neolith”
En cuanto a su trabajo, De Stefano explicó que hubo cambios en el uso de materiales. En ese sentido, señaló que el mármol o el granito se usan en proporciones cada vez más pequeñas, solo un 30% La tecnología aporta nuevos elementos y materiales como el “Neolith”. Una piedra sintética que es parte de una revolucionaria categoría de productos que dan una respuesta novedosa a las necesidades arquitectónicas y de diseño más exigentes.
Al igual que muchos otros sectores de la economía argentina, el empresario reconoció que la situación actual del país lo afecta mucho. “Nos encontramos que tenemos el problema del alza del material por la suba del dólar. Prácticamente subieron un 57%”, detalló. Asimismo, aseguró que está teniendo problemas con la importación de materiales. “Con las nuevas medidas es muy difícil importar y lograr que te avalen desde el exterior el material”, agregó.
Sin embargo, y pese a este complejo panorama actual, De Stefano recalcó que se seguirá trabajando en el país. Aunque reconoció que está teniendo problemas para legar su empresa (en la propia familia) porque cada vez son más los jóvenes que están descontentos con el país. “Los jóvenes se quieren ir porque no ven que puedan tener un trabajo duradero que les permita armar un proyecto de vida”, opinó.
En cuanto al trabajo en la pandemia, contó que estuvieron solo un mes parados. Cuando el gobierno decidió reanudar las obras, el trabajo se relanzó y lentamente los trabajadores volvieron a sus puestos. “En ningún momento se le dejo de pagar a los trabajadores”, puntualizó. Por último, De Stefano destacó la relación precio-calidad como un diferencial de empresa frente a la competencia y recalcó que “con tesón y sacrificio se pueden hacer un montón de cosas”. “Gracias al compromiso con la gente pude salir adelante y logré lo que quería, tener una empresa moderna y con trabajo y proyectos”, concluyó.
