Desde comienzos de este año, Rappi implementó un modelo que responde a la inclusión de personas no oyentes y hoy ya lleva 34 cuentas usuarias activas de Rappitenderos con estas características que buscan nuevas oportunidades para generar ingresos genuinos extras. Se trata de un programa de capacitación especializado y asistencia permanente vía WhatsApp, que apunta a la inclusión y soporte constante para dar apoyo a los repartidores.
Tal es el caso de Matías Álvarez, de 28 años y padre de dos hijos, que complementa su propósito de terminar el secundario, con su rol como Rappitendero. Es no oyente desde los tres años, y ante la insuficiencia de oportunidades en el ámbito laboral, aprovechó la posibilidad de ganar dinero extra en Rappi: “Fui avanzando muy de a poco y obteniendo más ganancias. En otros lugares es difícil”.
Con el propósito de continuar con sus estudios nocturnos en Morón, Matías amolda sus horarios de reparto para generar más ingresos: “La verdad es una muy buena experiencia para mí. En Rappi siempre me dan posibilidad de seguir avanzando y con esto yo puedo alimentar a mis hijos. Es la primera vez que puedo conseguir ganancias propias”.
Además, Rappi, como parte de su compromiso con la Seguridad Vial, ofrece un conjunto de herramientas que favorecieron su adaptación y le permitieron superar las dificultades de manejarse solo por la calle: capacitaciones especiales, atención personalizada durante los repartos y adaptación de la app de Rappi para que los clientes se puedan comunicar mediante el chat. La respuesta de los usuarios, tal como afirma Matías, ha sido positiva: “Se sorprenden, algunos se emocionan. La experiencia fue buena y he tenido buenos contactos”. Gracias al trabajo de inclusión de Rappi, logró superar la indecisión de la familia y amigos y generar ganancias, e incluso alentó a conocidos a sumarse como Rappitenderos.
Édgar, venezolano de 23 años que reside en el país desde el 2017, adhirió a la experiencia de su compañero de generar ingresos extra a través Rappi: “De lunes a viernes me levanto muy temprano en la mañana para trabajar en un servicio de frutas, luego duermo un poco a la tarde y más o menos a las 5 salgo a hacer las entregas a través de Rappi”. Además, utiliza su tiempo de ocio los fines de semana para descansar, jugar al vóley y, recientemente, practicar boxeo.
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Tras una ardua búsqueda laboral sin resultados en su país y la respuesta negativa en muchas empresas nacionales, siguió la recomendación de un amigo no oyente y se abocó en la oportunidad de ser Rappitendero y conseguir ganancias rápidamente: ”Me suma para generar ingresos propios. Me encanta, la verdad me encanta estar acá”.
En su recorrido por la zona gastronómica de Palermo, se encontró con gran aceptación por parte de los clientes, quienes hasta llegaron a comunicarse por lengua de señas. Asimismo, de forma espontánea se generó un grupo de WhatsApp con otros Rappitenderos no oyentes, que se suma a la asistencia virtual permanente de la empresa: “Tenía un problema con el teléfono, yo veía que ingresaban mis créditos pero no aparecían, acá me colaboraron y lo pude solucionar”.
En vista de la libertad de horarios y la oportunidad de generar mayores ganancias, Édgar, bajo el apoyo de su familia, tiene la esperanza de organizarse y retomar sus estudios universitarios, que había abandonado al dejar su país.
El modelo de compañía de Rappi adquiere un valor social por reconocer la identidad de su comunidad de repartidores y superar la influencia de la perspectiva médica donde la sordera es vista como un problema que debe ser solucionado. Además, se distingue de las escasas oportunidades del mercado al proveer capacitación personalizada, atención permanente e incluso un rediseño adaptado de la interfaz de la aplicación para Rappitenderos.
Este conjunto de personas no oyentes se suman a los más de 8500 repartidores en el país que encuentran en Rappi una forma de generar ingresos extra e ir concretando los proyectos que se proponen.