Al oeste de la Provincia, sobre el límite La Pampa, el Complejo Termal Mar de Epecuén es un impostergable dentro de un destino turístico que envuelve misterios y secretos.
“El Lago Epecuén concentra 30 minerales que lo hacen único: solo es comparable con el Mar Muerto en Asia. El agua pesada hace que el cuerpo flote con mucha facilidad y pueda realizar movimientos que fuera del agua nos cuestan mucho esfuerzo y a veces no podemos”, explicó Rubén Besagoni, quien junto a Gloria Echeverría, está al frente del predio emplazado en el balneario La Isla.
El lugar cuenta con piscinas cubiertas y al aire libre, algunas de agua dulce -climatizadas- y otras de las aguas terapéuticas del lago. “La calidad de sus propiedades aportan a la recuperación de enfermedades de la piel, articulaciones y aparato circulatorio”, agregó.
Con un 20% de descuento en entradas y tratamientos de spa a los usuarios que posean la aplicación ReCreo, además de sus aguas termales, el complejo ofrece clases de yoga, aqua relax, aquagym, y espectáculos en vivo.
Epecuén también ofrece visitas guiadas sobre un paisaje único e irrepetible que provoca impacto y fascina a la vez: árboles secos aún en pie con casas y edificios vacíos que asoman sobre la superficie uniforme del espejo de agua. Es todo lo que quedó de la pujante Villa Epecuén, un pueblo con plena actividad turística que debió ser abandonado luego de una gran inundación.
“En la Villa Lago Epecuén nos acercamos a la historia y al desenlace trágico que ocurrió en el lugar. Estas visitas y los tres circuitos por las obras de Francisco Salamone, con traslados incluidos, serán gratuitas durante los 15 días de vacaciones”, contó Sergio González, responsable de Árbol Bueno, uno de los prestadores que organiza recorridos en este pueblo cautivante.
Para las personas que se animen a sobrevolar la ciudad, una alternativa audaz es la propuesta del Aeroclub Carhué. “Los tours duran alrededor de 25 minutos en aviones para una persona y el piloto, o dos personas y el piloto, y hasta tres personas y el piloto. Salimos de Carhué, pasamos por el centro, el complejo hidrotermal, laguna, el Matadero, la playa y llegamos a las ruinas”, detalló Fabio Robilotte, integrante de la Comisión Directiva de la institución, que tiene descuentos vigentes del 10% con la app ReCreo.
Puán, belleza natural con aroma a olivos.
A tan solo 1 hora en auto de la imperdible Adolfo Alsina, recorriendo unos 52 kilómetros hacia el sur, aparece el municipio de Puan. Y con él, la maravillosa ruta del Olivo.
Puán, bautizada como La Perla del Oeste, se encuentra rodeada de cerros y espejos de agua. El reflejo del sol que se puede ver durante todo el día sobre la inmensa laguna dio origen a su nombre: Epu-Antu, que en lengua mapuche significa “dos soles”.
Entre sus bellezas naturales y arquitectónicas se destacan una isla mágica en medio de la laguna, y un mirador único, inspirado en los pozos romanos. Se trata del Templo Millenium, edificado con piedras del lugar y cuya torre circular va cerrándose mientras se elevan dos rampas caracol paralelas que no se cruzan. En la cima, sobre un reloj de arena de cemento que significa el paso del tiempo, hay una cruz de madera.
La obra tiene una altura de 20 metros, uno por cada siglo cristiano, y 24 metros de diámetro, uno por cada hora del día. En el mismo cerro donde está emplazada, se encuentra la gruta a la Virgen de Lourdes, con su cascada, réplica de una existente en Francia. Además, allí se puede disfrutar del paseo ecológico botánico San Francisco de Asís.
El aroma de los olivares acompaña el paseo y es el sello distintivo del pago. Durante todo el año, los establecimientos productivos invitan a conocer las plantaciones y a degustar las distintas variedades de aceites de oliva entre los paisajes serranos.
La finca Epu Antu, en el acceso de la ruta 67 a 300 metros de la esquina Islas Malvinas, produce un aceite virgen extra, de alta calidad. “Contamos con 21 hectáreas donde realizamos recorridas y un local de ventas”, comentó el gerente de la Cooperativa CSyOp Olivares, Cristian Francisco.
Otra experiencia campestre, la regala la plantación Lavandas del Campo, en el establecimiento La María Esther, ruta 67, de la familia Favre. "Nuestra idea familiar fue iniciar una producción que no requiriera demasiados recursos y que permitiera rentabilidad a largo plazo. Actualmente contamos con tres variedades de lavandas orgánicas: dos lavandines: Grosso y 606, y lavandula angustifolia", contó Ana, quien junto a María Ester llevan adelante el proyecto.
Las hermanas utilizan las flores secas para fabricar artesanías, té puro de lavanda en saquitos, almohadillas de mijo y lavanda para frío y calor, y perfumeros para ropa. "Las visitas, con reserva previa, donde contamos nuestra historia, los procesos del cultivo y exponemos artesanías, tienen un costo de 300 pesos, y de 600, las que incluyen degustación de té y tortas,de 600. Los menores de 10 años entran sin cargo", afirmó.
Patagones y su encanto austral.
Carmen de Patagones, situada frente a la ciudad de Viedma, es dueña de una belleza asombrosa y un encanto particular. Como si estuviera congelada en el tiempo, despierta el espíritu colonial y sumerge a quienes la visitan dentro de una sensación de nostalgia y asombro.
La Carlota es una de las construcciones más icónicas que propone recorrer este destino turístico bonaerense. De adobe y tejas españolas, fue edificada a comienzos del siglo XIX y su nombre homenajea a la última propietaria, doña Carlota Martínez de Ibáñez, dama de una tradicional familia.
Para la pausa, la cena y el descanso los visitantes, el Hotel-Restaurante Reggiani con sus habitaciones confortables y parrilla de primer nivel, de calle Bynon 422, pone al servicio del turismo la tradición y la experiencia de la tercera generación familiar que inició su camino en el rubro en 1960.
Asado, parrillada, cordero, lechón, chorizos, cocidos a las brasas y acompañados por una nutrida carta de vinos, tienen un 10% de descuento con la app ReCreo pero además, por una estadía de 7 noches, se obtiene una noche sin cargo.
Historia, cultura, paseos, misteriosos, manjares y aventura, en tres postales del sudoeste de la provincia de Buenos Aires para un viaje soñado en vacaciones de invierno, a muy pocos kilómetros de la Capital Federal.
