ESPECTACULOS
Carlos Vives

“Adoro las baladas de Favio”

Luego de sus exitosos recitales en el Gran Rex, el músico de Barranquilla asegura que con su obra busca plasmar la diversidad que hay en Colombia. Confiesa que lo influyeron Sandra Mihanovich y Celeste Carballo.

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Pleno. Confiesa que no sabía que su tema La bicicleta iba a terminar impactando tanto. | Gza. Zapata
Carlos Vives tuvo fiesta en el Gran Rex. Y suena lógico. El colombiano tiene motivos para celebrar, sobre todo gracias al impresionante éxito de La bicicleta, una canción de su nuevo álbum, titulado simplemente Vives, que ya ha conseguido más de 700 millones de reproducciones en Youtube. Montado en ese hit, impulsado también por la participación estelar de su famosa compatriota Shakira, ha salido de gira por la región. En el marco de ese tour estuvo el fin de semana pasado en el teatro de la calle Corrientes para mostrar su nuevo material y revivir viejos éxitos como La tierra del olvido y Fruta fresca.

Días después de esta entrevista con PERFIL, sin embargo, apareció en los medios de todo el mundo una noticia inquietante para Vives: Liván Rafael Castellanos, un ignoto cantante y productor cubano, los demandó a él y a Shakira por el supuesto plagio de un estribillo de su tema Yo te quiero tanto, de 1997. El resultado de la acción judicial fue la suspensión momentánea del cobro de derechos por la difusión del súper hit La bicicleta, un daño económico nada menor en este caso.
Pero mientras esa cuestión se resuelve, Vives se mantiene concentrado en su carrera, que ha recobrado bríos después de unos años de cierta tibieza. “Estuve casi diez años fuera de la industria musical. Me quedé sin disquera y sin equipo de trabajo, pero aquí estoy otra vez, encaminado y feliz con este nuevo disco –señala–. Como en La tierra del olvido (1995) y Tengo fe (1997), la búsqueda musical de este álbum está relacionada con ciertas corrientes regionales colombianas. Aunque La bicicleta tiene su contenido urbano: dancehall, reggaeton... Pero en el disco hay ritmos andinos, del Pacífico, del Caribe, del lado más paisa, de Medellín... Son muchas las vertientes que lo cruzan. Es un disco caracterizado por la heterogeneidad, por la diversidad”.
—¿Cómo se logra un hit que tenga el impacto de “La bicicleta”?
—Curiosamente, es una canción de la que no esperaba nada. Es un tema con una letra cotidiana, costumbrista, ni siquiera sabía si iba a gustarle a Shakira cuando la invité a cantarlo. Pero por suerte ella se sumó. Y eso ayudó a proyectarnos en muchos mercados.
—En más de una oportunidad has mencionado la importancia del rock argentino como influencia. ¿Qué artistas fueron clave para vos?
—Muchos. Ya desde los 18 años el rock argentino me empezó a marcar muy fuerte. Almendra, Pedro y Pablo, Sui Generis, Seru Giran, Spinetta, GIT, Fito Páez, Soda Stéreo... Incluso Sandra Mihanovich y Celeste Carballo fueron importantes para mí. Pero hay mucha música argentina que adoro: las baladas de Leonardo Favio, los grandes temas de Piero, un artista muy reconocido en Colombia, y también el tango, ya que mi madre es de Medellín y allí ese género es muy popular. A Spinetta tuve la oportunidad de verlo en vivo en Bogotá. Lo disfruté mucho. Cuando terminó el concierto, él dijo “si hubiera sabido que me querían tanto, habría venido mucho antes”. También me gustan Los Auténticos Decadentes, que son como una mezcla de ustedes y nosotros, tienen esa rumba que los colombianos llevamos encima.
—El año pasado te enojaste con Maluma. ¿Ya se reconciliaron?
—No nos peleamos. Maluma es mi amigo. Trabajamos en la misma oficina, tenemos el mismo manager. Más que enojarme con él, opiné que no es bueno hacer canciones que pongan el acento en lo pornográfico. Esa canción por la que lo critiqué (Cuatro babys) tiene una letra sexualmente explícita y las radios la reproducen porque buscan todo el tiempo cosas así, escandalosas. Lo curioso es que esos mismos medios son lo que después propagan la polémica. Sencillamente, no me parece que esa música sea valiosa ni que deba llegarle a nuestros hijos.