Cada mañana, después del desayuno y antes de comenzar su jornada laboral, necesita imperiosamente pasar por el Rosedal de Palermo, para realizar una breve caminata alrededor del lago junto a su mascota, “Dominga”. Después se dedica a alimentar con pan y galletitas a los gansos y patos del lugar. Ese encuentro tan esperado entre las aves y Anabel Ascar (46), se produce en un bonito muelle de madera, donde la periodista de Crónica TV y conductora del ciclo de entrevistas “Hechos y protagonistas”, le confiesa a CARAS que los animales manejan una dimensión de amor incondicional. “Están más evolucionados emocionalmente que nosotros. Yo los admiro, y en el futuro desearía tener una huerta-granja, para convivir en pleno contacto con la Naturaleza y mis mascotas ”, sintetiza.
—¿Y alejarse de su profesión?
—En principio me gustaría hacer ambas cosas: Trabajar en el canal de lunes a jueves y comenzar el fin de semana los viernes. El contacto con la Naturaleza nació en mí hace muchos años, de a poquito, y ahora ese afán se ha acrecentado. Soy muy tranquila y este lugar me trasmite paz, porque puedo gozar del silencio.
—¿Cómo se dio el proceso de transformación de azafata a periodista?
—Fue muy extraño. Una amiga me llevó a un astrólogo, y me hizo una carta natal. Ese hombre me dijo que iba a volar por unos años y después me dedicaría a los medios de comunicación. Me habló de periodismo, locución, y recuerdo que me recalcó: “Eso es lo tuyo”. Después de haber volado durante ocho años, escuchó por televisión que estaba abierta la inscripción para locutores en el ISER, y se presentó. “No me costó nada ingresar, pero me recibí y guardé el carnet, hasta que, en 1991, Aerolíneas Argentinas ofreció el retiro voluntario, y me fui”, recuerda. Posteriormente, como le resultó difícil ubicarse en los medios, impulsada por una amiga decidió radicarse en Toronto, Canadá, donde trabajó en un estudio contable y, tras esa experiencia, regresó al país.
La nota completa, en la última edición de la Revista Caras .