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Musica

Beethoven como literatura básica

Hay pocas personas que son recordadas durante más de un siglo: alcanzaría con rebobinar un minuto hasta 1910 para encontrarse con un mundo de personajes desconocidos.

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Ilustre. El autor de la columna está a cargo de la dirección de las nueve sinfonías de Beethoven en el 3º Festival Konex de Música Clásica, que termina hoy en el barrio porteño de Almagro. | javier daulte

Hay pocas personas que son recordadas durante más de un siglo: alcanzaría con rebobinar un minuto hasta 1910 para encontrarse con un mundo de personajes desconocidos. De las épocas que pasan, lo que queda es porque debe trascender, porque no puede ser menos que parte de la historia. Beethoven, el primer romántico en la historia de la música, es siempre un hito, un desafío, y en el Festival Konex no dejará de serlo: al contrario, se vuelve una aventura interpretar sus obras en un espacio diferente, donde uno se encuentra con una acústica y un espacio distintos. Pero los músicos que protagonizarán el ciclo de las nueve sinfonías, miembros de La

Filarmónica, están capacitados para hacer este doble trabajo. La orquesta está compuesta por instrumentistas hiperseleccionados justamente para tocar en espacios descentralizados y no tradicionales, porque pueden compensar con calidad sonora y capacidad interpretativa lo que las salas podrían no tener naturalmente. Por eso La Filarmónica es la mejor orquesta del país para este tipo de repertorios.

El Festival estará dedicado a Beethoven para conmemorar los 190 años de su fallecimiento abriendo su obra hacia nuevos públicos y espacios. Ese doble trabajo y esa ruptura de lo tradicional también hablan de la persona que fue Beethoven. Siempre digo que sus obras son una bisagra en la historia de la música, porque el paso que dio él, que nadie más se animó a dar, le dio un espaldarazo de evolución a la sinfonía, la cambió totalmente. Beethoven es el compositor más grande de la historia por la calidad de su producción, cosa que no tiene nada que ver con su sordera; al contrario, se acrecienta con la sordera, lo que es curioso

porque el oído es el arma principal del músico. Pero él fue más allá de eso, marcó tendencia en el sentido de que todo lo que existió después no habría existido sin sus cuartetos,

su música de cámara, sus sinfonías. Introdujo una nueva manera de componer, ya no al servicio de las casas de la aristocracia, sino con composiciones libres inspiradas en personajes y vivencias propias. Esto pudo hacerlo porque su capacidad intelectual siempre superó su condición física, a través de un desarrollo profundo de la audición interior y el manejo del lenguaje musical. Sin Beethoven, no hubiera existido ni un Brahms ni un Schumann.

Pero Beethoven no sólo trasciende por innovador, o por ser uno de los mejores compositores de la historia, sino que su legado también está en la vida que le tocó, en la que no terminaba de resolverse un conflicto y aparecía otro. En ese chico de 7 años que además de lidiar con el crecimiento, con la escuela y con el descubrimiento del mundo, tenía que soportar a un padre

que veía en él un negocio en lugar de un hijo. Creció con una vida agitada, con la música como sostén en el hogar que su padre, deprimido y alcohólico, había abandonado. Cuando cumplió 30, después de haber trabajado más de diez años como músico y compositor en Viena, llegó el castigo de la sordera. Por esa fortaleza para seguir adelante, Beethoven sigue siendo la admiración y el ejemplo para muchos, a pesar de que han transcurrido ya casi 200 años desde su fallecimiento. No

solamente porque superó la falta del sentido más importante para un músico, sino también porque se sobrepuso a un montón de situaciones anímicas personales que la enfermedad y el aislamiento le provocaron a nivel social.

Hoy es difícil encontrar a alguien como lo fue Beethoven, incluso es complicado compararlo con otros compositores de la época. Cada músico marca un ciclo y tiene la representatividad del lenguaje de su época, la vanguardia de un momento histórico determinado, así como Beethoven lo tuvo en la evolución de la forma y la ampliación del lenguaje musical. Para ser honesto, no creo que ningún compositor de la escena de hoy pueda igualar la genialidad de Beethoven.

Al contrario, creo que debería ser literatura básica para todo director de orquesta, y también para todo músico. Desde hace años enseño sus sinfonías en la cátedra de la Universidad Católica (UCA) y en varias oportunidades dirigí la integral de

las nueve sinfonías; sin embargo, aún es uno de mis compositores favoritos porque sigue siendo un desafío dirigir sus obras.


*Director de la orquesta La Filarmónica, a cargo de la dirección de las nueve sinfonías de Beethoven en el 3º Festival Konex de Música Clásica.