Wanda Nara estuvo a punto de ser secuestrada anoche en una favela de Porto Alegre, ciudad en la que vive con su marido Maxi López (que juega en el Gremio) y su hijo Valentino. “Pedimos a un taxista que nos guiara hasta Gremio para buscar a Maxi, pero era una emboscada”, relató por televisión.
Según su propio relato, ella viajaba en su camioneta junto a su mamá y Valentino cerca de las 21 locales, cuando le pidieron al chofer de un taxi que las guiara hasta la cancha donde estaba entrenando su marido. “Le pedimos que nos lleve por el camino más corto, es algo que siempre hago en una ciudad que no conozco. En Rusia también lo hacía”, relató Wanda en diálogo con C5N.
Pero ni Wanda ni su mamá se percataron que una moto también iba escoltando la camioneta. Además, en un momento también apareció un segundo taxi que se comunicó con el que las guiaba, pero que en ese momento no le generó sospechas. “Yo pensé que habían reconocido la camioneta, como me hice conocida en Brasil y justo el domingo hubo mucha euforia en la cancha porque Maxi metió un gol y salimos en todos los diarios, pensé que nos habían reconocido y que era algo normal”, contó la modelo.
Pero empezó a sospechar, dijo, cuando comenzaron a meterse por un “camino rarísimo, como una autopista en caracol donde no habían otros autos”, contó Wanda al aire. Luego se dio cuenta que el taxista aceleraba cada vez más y cuando se dio cuenta, estaban en la entrada de una favela. “Mi mamá me dijo ‘nos están metiendo en cualquier lado’, así que frené la camioneta, subí marcha atrás a una vereda, y traté de salir. Me temblaba todo el cuerpo de los nervios”, contó Wanda. Fue así como pudo escapar a toda velocidad.