La princesa del pop está triste. Y lo que tiene la princesa es bastante complejo: una combinación de trastorno bipolar y depresión posparto.
Así lo indicaron los médicos de la clínica en la que fue internada el jueves, luego de que, presuntamente drogada, se negó a entregarle a sus hijos al guardaespaldas de su ex esposo y se atrincheró en su casa.
En un principio, los rumores indicaban que el comportamiento de Britney Spears se debía a que había consumido una droga utilizada para estimular el rendimiento de los caballos de carrera. Sin embargo, trascendió la cantante está en tratamiento por depresión posparto desde 2006, cuando nació el segundo de sus hijos.
Esta patología sería la causante del comportamiento bipolar, las adicciones y la agresividad. Al menos, esas con las conclusiones a las que arribó el equipo médico que la trató durante su internación en el centro médico Cedals Siani.
Spears, de 25 años, fue internada allí el jueves, luego de que se atrincherara en su casa junto a sus dos hijos y se negara a entregárselos al guardaespaldas de su marido, Kevin Federline.
Según informa el sitio periodistadigital.com, la cantante fue dada de alta de la clínica de Los Ángeles luego de que se calmara y el equipo de profesionales considerara que su libertad ya no suponía un peligro para terceros.