En una mesa ratona del living de la ex casa de Víctor Heredia (después de un robo, vive en un barrio cerrado) descansa un vinilo de Taki Ongoy, dedicado: “Por una América india, Víctor Heredia” ¿Qué hace ese disco ahí? ¿Para quién habrá escrito esas palabras? El creador de esa obra emblemática de la música popular argentina, empeñado en rescatar el lugar de los pueblos originarios en el relato de la Conquista, hoy está dispuesto a revivir esas viejas canciones en dos recitales que dará, en diciembre, en el Teatro Opera.
—¿Qué significó para usted hacer Taki Ongoy y volver a tocarla?
—La escribí con mucha alegría y esperanza de que los medios entendieran que venía a hacer un aporte a una historia limitada por la visión de los vencedores. Y recibí un cachetazo de una sociedad que la miró como si fuera una obra anticristiana y exagerada. Pero la obra se fue instalando como un emblema que me reivindica. Ahora siento el mismo orgullo con que la escribí.
— Usted forma parte de una generación de cantautores latinoamericanos muy significativos. ¿Cómo ve que evolucionó cada uno?
—Cada uno de nosotros enriqueció su propuesta, León (Gieco) escribe mejor que unos años atrás; Silvio (Rodríguez) también; Chico Buarque, también...
— El cubano también sacó un disco con viejos temas.
—Creo que estamos todos en una etapa de revisión, León va a hacer ahora un CD, Quince años de mí. Sin embargo, en las obras nuevas seguimos creciendo. No sé si todo el mundo está atento a este crecimiento, quizás algunos jóvenes hayan perdido la sintonía respecto de esta clase de artistas, porque no estamos en las radios, por lo menos Silvio y yo. A mí no saben dónde ubicarme, no saben si soy un cantor, un folclorista, sería bueno que escucharan mi banda, que es muy rockera...
—Desde el lugar de “protesta” donde siempre hizo sus canciones, ¿de qué cree que debería hablar una letra inspirada en la situación actual de la Argentina?
—Creo que lo esencial para nosotros, hoy, es recuperar el sentido y los verdaderos valores de la democracia. No una libertad formal, sino verdadera, poder transitar con seguridad por la calle, que nuestra salud sea atendida por el Estado, que todos los chicos puedan tener una educación, y que la política deje de jugar este juego terrible, que es el del poder, y no el de la representatividad. Cuando tipos que le han robado el sustento a la Argentina se encolumnan atrás de un partido político a ver si pueden voltear el próximo gobierno popular... no se trata sólo de recuperar un edificio como la ESMA, sino de desterrar a los individuos que generaron la situación que vivimos, no sólo militares, también políticos conocidos. De eso debería hablar una canción.