Estamos analizando los primeros números de la temporada de verano de nuestro teatro en las tres plazas más importantes de la Argentina y ya puedo comentar en esta columna algunas reflexiones que siempre nos ayudan a intentar entender cómo responde nuestro público, que por suerte, mantiene su fidelidad con el teatro. Estamos midiendo hasta final de marzo de este año.
CABA. Pudimos crecer en cantidad de espectadores un 21% respecto del verano del año pasado, esto se dio a mi entender por varios motivos. Hubo más estrenos aunque se presentaron menos funciones, lo cual nos confirma que siempre las novedades son atractivas a priori.
También es valioso aclarar que el verano pasado fue malo en CABA, y para hacer un análisis más valioso podemos decir que este verano superó a los años 2013,
2015 y 2017, y estuvo por debajo de 2014 y 2016. Esto nos confirma que nuestros contenidos son un parámetro esencial para la convocatoria más allá de las vicisitudes económicas. Si notamos, en este año, una mayor polarización, y la mayor cantidad de espectadores se los llevan pocos proyectos, un fenómeno que se extiende a casi toda la economía en épocas de bolsillos flacos.
Los máximos protagonistas del verano en Capital fueron Un rato con él y ¿Qué hacemos con Walter?, independientemente de que gran parte del ruido se lo llevó Ejercicios fantásticos del yo con el mexicano Gael García Bernal haciendo teatro por primera vez en Argentina con un gran elenco local.
Mar del Plata. Fue la plaza que más crecimiento experimentó, con un 84% de variación sobre una de las peores temporadas de la historia, como fue la del año pasado, donde permanecieron cerrados varios teatros. Se estrenaron contenidos con figuras más atractivas para el público, la presencia de Fuerza Bruta que sumó un público no teatrero, han sido fundamentales para experimentar este crecimiento. De los últimos seis años es la segunda mejor temporada solamente superada por la de 2014.
Me gustaría destacar la labor del gobierno de la provincia de Buenos Aires que tomó la temporada de Mar del Plata como un desafío y desde el Banco Provincia potenció convenios y acuerdos para que la gente pueda llegar al teatro con promociones y descuentos, sin duda la figura de un Estado activo, ha sido muy beneficiosa para la temporada, que por supuesto termina rebotando en la economía de todo el año en una ciudad como Mar del Plata.
Los protagonistas del verano sin duda fueron Midachi, Martín Bossi, Fuerza Bruta, Fátima Florez y Lizzy Tagliani, quien estrenó una comedia.
Villa Carlos Paz. Como en años anteriores, se mantiene como una gran plaza de verano. En esta ocasión retrocedió un 20% respecto del año pasado. Flavio Mendoza realizó la segunda temporada de Mahatma, y obviamente no mantuvo los números del año pasado aunque le alcanzó para ser primero y realizar una gran temporada. Este hecho y una leve merma en las demás apuestas hicieron llegar a este resultado, el segundo peor de los últimos seis años, donde solamente 2015 presentó un peor resultado. Los protagonistas de este verano volvieron a ser Flavio Mendoza, Pedro Alfonso y Florencia de la V, y la comedia Como el culo que, vale decir, se presentó también en Mar del Plata cosechando premios en ambas plazas.
Las conclusiones que me interesa sacar de todos estos datos a priori son las siguientes:
Tenemos fidelidad de parte de nuestro público, que mantiene sus gustos de encontrarse con sus artistas queridos en vivo, que disfruta del teatro y que nos permite tener dos plazas en centros de verano como las de Mar del Plata y Carlos Paz, un fenómeno único en el mundo. Cada año intentan aparecer nuevas plazas que no pueden afianzarse, aunque la costa atlántica en su totalidad tiene el volumen de una plaza en sí misma, abarcando todo el Partido de la Costa.
El Estado participando y promocionando suma y mucho, no solo al teatro, ya que nuestra actividad rebota en los hoteles, restaurantes, transportes y estacionamientos, y todos salimos ganando ante una buena temporada teatral. Mar del Plata fue un claro ejemplo.
Respecto de CABA, queda claro que más allá de las dificultades económicas, se mantiene la relación del público con nuestros teatros, y siempre que le ofrecemos contenidos atractivos el público responde.
Sí me preocupa, por otro lado, la polarización que impide la llegada de nuevos productores que abran el juego y sigan sumando talento y oportunidades en nuestra tan querida avenida Corrientes.
Ya que menciono la avenida Corrientes, este es un año de transición, donde estaremos casi toda la temporada en obras, y esperamos que podamos tener un 2019 a pleno con una renovada avenida que nos devuelva la posibilidad de volver a pasear por esta hermosa e icónica calle de nuestra ciudad. Por el momento, nos armaremos de paciencia.
*Presidente de AADET, director del teatro El Picadero.
