A pesar del gran momento que está disfrutando gracias a la enorme repercusión que está teniendo no sólo en Méxcio sino en todo el mundo su último álbum musical, "El culpable soy yo", Cristian Castro no está feliz con lo que le toca vivir. Y, haciendo un rápido balance de sus últimos años, motivos parecieran no sobrarle.
Es que más allá del ya felizmente superado distanciamiento que tuvo con su madre, Verónica Castro, y de los dos divorcios (Gabriela Bo y Valeria Liberman), que derivaron en acusaciones que ponían en duda su orientación sexual (en el caso de Liberman también lo denunció por agresión física), si hay algo que ha logrado sacar de sus cabales al "Gallito feliz", es la decisión tomada por un Tribunal de Miami que le impede ver, acercarse o salir con sus dos hijos (Simone de 4, y Mikhail Zaratustra, de un año y 10 meses), sin la presencia permanente de un asesor familiar.
La magistrada que dictaminó tan duro fallo en su contra no es más que la jueza de Miami Jerald Balgley, la misma que en mayo de 2008 le había ordenado al cantante de 34 años (nació el 8 de diciembre de 1974 en la ciudad de México D.F.) someterse a una serie de rigurosos estudios psiquiátricos y psicológicos para determinar si estaba en condiciones de hacerse cargo de la custodia de sus dos hijos.
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