Ya dejó el piso donde vivía junto a su madre (Claudia Villafañe). En el nuevo hogar de Dalma Maradona imperan las fotos de su sobrino/ahijado, compitiendo con Marilyn Monroe y Audrey Hepburn, a lo que ella agrega: “Muchos no saben quién fue”. Su pequeño departamento, impecablemente blanco –que confiesa que alquila– está muy cerca de la ex ESMA. Cuando se le comenta que el tema de los desaparecidos y el terrorismo de Estado parecen perseguirla, no duda en afirmar. “Por suerte hoy es el Espacio Cultural Nuestros Hijos (Ecunhi). No quiero bajar línea políticamente, sino que todos tengamos conciencia del pasado que tuvimos. A veces las instituciones no insisten en estos temas y creo que son importantes. Por eso acepté filmar El abismo… todavía estamos, dirigida y protagonizada por Pablo Yotich, como otras donde había temas que eran necesarios tocar.”
— ¿Por qué filmaste tantas películas donde impera la violencia?
—Me interesa mostrar la impunidad. Desde hace mucho tiempo sabía del proyecto y pude investigar el tema. Conocí a una mujer que había tenido que pasar por estas mismas circunstancias: fue secuestrada y torturada durante su embarazo. También participé de La mosca en la ceniza, de Gabriela David, donde se mostraba el secuestro de jóvenes y luego su prostitución. Gracias a su guión inteligente se veía cómo todos sabían y nadie hacía nada para terminar con ese negocio infame.
Lea la entrevista completa en la edición de hoy del Diario PERFIL.