Del 7 al 14 de noviembre, en el Teatro Colón, se desarrollarán las funciones de Rusalka, con música de Antonin Dvorak y libreto de Jaroslav Kvapil. Su argumento es relativamente conocido, pues su personaje es similar a “la Sirenita, la que muchos han visto por la película de Disney, y se basa en el cuento de hadas de Hans Christian Andersen y de los hermanos Grimm”. A modo de invitación para nuevos públicos, esto lo dice la soprano Ana María Martínez, quien será la protagonista de esta tradicional historia que, en su versión operística, es una tragedia, que en este caso llevará la dirección musical de Julián Kuerti, al frente de la Orquesta Estable del Teatro Colón, y la dirección de escena de Enrique Singer. “Rusalka, en el comienzo –continúa la cantante nacida en San Juan de Puerto Rico– ni siquiera es sirena, sino el elemento agua. Tiene contacto con un príncipe que es humano, cuando él se baña en un lago, y ella es parte del agua y del lago. Entonces, ella quiere ser humana para amarlo y que él la ame, pero su padre no se lo permite. Es como un despertar de la adolescencia. Se plantean los sacrificios que nos atrevemos a hacer o no para el fin que queremos lograr. Además de eso, la música del compositor Dvorak es de lo más hermoso que uno puede escuchar; cuando comienza la orquesta uno entra en otra dimensión”.
—¿Y cómo se siente cantando en el Teatro Colón?
—Es mi debut cantando en este teatro: un sueño hecho realidad, por la belleza, el renombre y su historia dentro del campo de la ópera.
—En su formación, ¿ha sido importante el estímulo de su país de origen?
—La música y el arte forman gran parte de la cultura de Puerto Rico. La isla es chiquita, tiene alrededor de 3,9 millones de habitantes. El gran maestro Pablo Casals [célebre violoncelista] nació en España, pero su mamá nació en Puerto Rico, cuando era territorio español.
Durante el tiempo de Franco, Casals se fue a vivir a Puerto Rico y estableció el Conservatorio de Música, la Orquesta Sinfónica y el Festival Casals. Además, claro, está la música popular, que ha salido y sigue saliendo de Puerto Rico, como Bobby Capó, Rafael Hernández, Willie Colón; actualmente, Gilberto Santa Rosa, el Caballero de la Salsa. Y Calle 13, con temas bien fuertes, que cuestionan mucho la política y tienen muchos puntos sociales. Admiro la música popular; yo quería ser cantante de rock o de salsa. Pero las cuerdas vocales me funcionan de esta manera y me dediqué a lo clásico, [aunque] definitivamente me encanta la música popular.
—¿Qué experimenta al cantar?
—Para mí, cantar es amor, es expresar amor. Mi papá me inculcó que lo único que nada ni nadie te puede quitar es la educación, y que cada uno de nosotros nace con un don, habilidad, talento, pero es responsabilidad propia identificarlo y dedicarnos a su desarrollo, para realizarnos al máximo como seres humanos. Mi mayor regalo es haber recibido la música. Nací con una voz que me permite ser música y ser cantante, lo que me posibilita ir por todo el mundo y darle mi regalo con mucho amor.
Vive en EE.UU. y critica a Trump
Como Ana María Martínez, para su carrera, hizo base en Nueva York, y ahora vive en Texas, donde reside su hijo, no suele ir a Puerto Rico más que una vez al año. Pero vive con “una preocupación enorme; he enviado artículos de grandísima necesidad y dinero a familiares”. Ahora [después del paso del huracán María a fin de mes pasado], lo que más urge es agua potable. Y sigue: “Es una barbaridad que, hasta la fecha, los Estados Unidos no hayan proporcionado agua. Gente como Jennifer Lopez y Marc Anthony dieron conciertos para recaudar dinero. Lo mismo hicieron deportistas y los alcaldes de Houston y Nueva York, que enviaron aviones con medicamentos y agua, y los regresaron con enfermos que dependen de la electricidad, que no hay. Todo, sin que el presidente de los Estados Unidos dé la orden. Como puertorriqueña les agradezco en el alma. Donald Trump en el poder es un enigma que no logro entender. Este hombre tiene cero experiencia política y solamente va por él y lo que le conviene a él. Los mismos que lo votaron y le creyeron se están dando cuenta de que los usó para ganar esos votos”.