Cuando a principios de los '90 estaba al frente de los micrófonos de FM La Tribu, Fernando Szereszevsky (36) nunca imaginó lo que el futuro le deparaba, ni mucho menos que se codearía con figuras de la política y estrellas del rock and roll nacional, haciendo de su vida una síntesis perfecta entre el poder presidencial, la cultura y el espectáculo. Sin embargo, lo impesado ocurrió y el joven llegó a la cúspide del poder durante la década menemista y hoy ocupa un lugar envidiado por muchos: es el manager de Charly García.
La propuesta. Un día, cuando estaba en el edificio de la radio en Lambaré al 800, una casa que había funcionado como un hotel de inmigrantes, un amigo le llevó una propuesta que sonaba disparatada. "Me propone trabajar como prensa de un peso pesado del Gobierno", recuerda en diálogo con Perfil.com. "Como la radio era de una posición y militancia cultural de izquierda, me parecía algo difícil de entender ir a trabajar en el Gobierno", dice.
El peso pesado del menemismo era el todopoderoso secretario General de la presidencia Alberto Kohan. "Se dieron una serie de circunstancias y lo conocí a Kohan, que me cayó muy bien, y ahí empecé, yo era muy chico, tenía 22 años". Szereszevsky aceptó ser vocero del político y después no hubo vuelta atrás. "Ahí empezó todo, comence a trabajar con figuras, pero por ahí Kohan y Charly son los más conocidos", afirma. Entre otros, el actual manager de Charly asesoró en temas de comunicación a figuras como el gobernador bonaerense Daniel Scioli, con el que tiene una gran amistad, y el historiador y escritor Pacho O' Donnel.
La foto Menem-Charly. En 1999, Menem ya se despedía del poder, ante el fracaso de su re-re-elección, cuando se sacó la mítica foto con Charly García en Olivos, tapa del diario Clarín y de amplísima repercusión pública.El joven vocero de Kohan fue el encargado de gestionar el encuentro, sin saber que que ese encuentro volvería a imprimir un giro drástico e inesperado en su vida.
-¿Fuiste el gestor de la foto entre Charly y Menem?
- En realidad el gestor fue el propio Menem, se habían conocido en una fiesta y los dos habían tenido como una buena onda. Él lo quiso conocer y bueno... Como yo siempre tuve un costado cultural y musical, fui el encargado de acercarlos.
-¿Que efecto tuvo esa foto?
- En su momento, mucha gente se enojó con Charly por haber ido a ver a Menem, pero la verdad de la cosa es tremendamente más simple: Menem estaba en el ocaso del poder, estoy hablando de fines de 1999, no lo necesitaba a Charly para ninguna cosa política, porque ya estaba saliendo de su mandato. Y por el lado de Charly, como es un transgresor, una persona que va diferente a todos, cuando todos se alejaban de Menem, él tomó un camino inverso y dijo "¡Yo voy!".
El manager de García afirma que lo que pasó ahí, entre ellos dos, fue una "cosa fraternal muy mística" y enseguida se explaya en su definición: "Pegaron una onda muy importante, desde lo emocional, desde el cariño, desde las cosas simples; ninguno buscaba algo del otro, no había un rédito político en ninguno de los dos lados".
"A Charly lo podían condenar por la foto", advierte, pero "se generó en el llano algo que la gente no lo entiende, ve nada más que la foto", dice. Para Szereszevsky, hubo una suerte de choque de planetas: "Lo importante fue lo que pasó nivel humano de energía, se encontraron dos tipos de un alto perfil", grafica.
La era García. A raíz de ese encuentro, el vocero de Kohan comenzó a forjar una buena relación con Charly García. "Empecé haciendo unas cosas para él y terminé siendo su manager. Siempre nos tuvimos mucho respeto, hasta en los momentos más difíciles conmigo se portó bien. Como yo vengo de otro palo, nunca fui de esos que le decían todo que sí".
"Él te prueba mucho, quiere saber hasta dónde llega el otro, quizás por esa actitud que siempre tuve con él, de tratar de buscar lo mejor para él, y no ser un alcahuete que siempre decía que sí, eso él lo valoró y durante muchos años, aún no trabajando con él, cuando tenía un problema complicado, sentimental, económico, siempre me llamó y mantuvimos el vínculo", describe.
El 10 de junio de 2008, cuando García estuvo al borde de la muerte por mezclar alcohol y ansiolítico en Mendoza, el músico atinó a decir "llámenlo a Fernando" antes de ser internado. A partir de allí, nunca más se separaron. "Sentí un compromiso moral. Yo lo quiero muchísimo, lo admiro, y ese compromiso me hizo estar desde ese día con él, desde entonces no lo deje ni un sólo día".
Ese primer día, en la clínica, cuando García se debatía entre la vida y la muerte, ambos hicieron un pacto. "Dijimos que había que salir de esto y demostrarle a todo el mundo que él otra vez se podía sustentar; hicimos un pacto muy fuerte y hasta el día de hoy se mantiene inalterable y eso nos mantiene muy unidos. A pesar de que en la primera etapa era dura la lucha, porque las clínicas psiquiátricas son muy difíciles, ver lo que pasa adentro es complicado, eso nos unió mucho", relata.
- Charly te nombró como uno de sus salvadores, cómo lo tomaste... ?
- Él es una persona muy sensible, pero que a veces le cuesta exteriorizar lo que siente. No sólo que lo haya dicho públicamente, te diría que me importa más que haya me lo haya dicho en privado. Todo me genera un compromiso de seguir a muerte con este proyecto.
Rock, política y los Nº1. "Los tipos que son número uno tienen comportamientos parecidos", reflexiona Szereszevsky. "La cabeza de un número uno tiene algunas cosas que lo igualan, evidentemente la política y la música no son lo mismo pero la ligazón está: tiene que ver con el poder, con lo que se genera en el otro", esgrime el manager.
- ¿Cuáles son las diferencias de trabajar con el político y una estrella de rock?
- Está claro que la política está visto con desprestigio en Argentina, a diferencia de un músico que es una cosa artística y querible. Desde ese punto de vista, la concepción es totalmente diferente. Puede sonar hasta que estar al lado de un músico es mucho más fácil. A veces cuando trabajaba en política me decían: 'Ehhh... cómo vas a estar trabajando con políticos'", y ahora, trabajando con Charly, te dicen '¡Qué bueno!', es una diferencia enorme.
- ¿Y a nivel profesional?
- En lo profesional, son los dos de alto nivel, los dos tienen sus cosas, los dos necesitan un nivel de concentración, de estrategia y de trabajo enorme. Socialmente es mucho más atractivo trabajar en el rock o con un músico, como Charly García, porque te pone en un lugar más divertido. Pero a mí me gusta y es mi especialidad trabajar con números unos y disfruto muchísimo. Disfruté mucho trabajar con Kohan, porque era muy chico y aprendí muchísimo, y disfruto mucho de trabajar con Charly, no sólo por él, sino por cómo se dio esta última etapa y lo que se generó con lo que pasó. Eso me llena un poco de orgullo.
-¿Cómo está Charly hoy?
- Está cada día mejor, pensando cada vez mas en la música, porque cada vez va disminuyendo más la intensidad del tratamiento y eso lo conecta cada vez más con la política, esta volviendo a componer, a pensar, a trabajar. Lo veo mejor que nunca, está disfrutando de todo lo que le pasa.
- La ultima: ¿siguen hablando Menem y Charly?
- Durante toda la etapa de recuperación, Menem se preocupó mucho por él y lo llamó varias veces. Algunas veces hablaron y tienen buen vínculo. Quedo el cariño y el afecto. Cuando Menem estuvo enfermo, también Charly se preocupó para ver cómo estaba. No se ven, ni tienen demasiada relación, pero quedó el cariño.
(*) de la redacción de Perfil.com