ESPECTACULOS
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Del amor, la danza y otros demonios

Juntos en Estás que te pelas, en el Maipo, se reencuentran maestro y alumna hablando de los cambios que sufrieron en estos años, el papel de esposa de Adrián Suar y mamá de Margarita, los 46 años de él, y el próximo proyecto que están armando para 2015.

| Pablo Temes

Los dos vienen del mundo de la escena independiente. Y los dos, formados en la danza, han llegado a ocupar espacios importantes en la televisión y el teatro. Así pues, Griselda Siciliani y Carlos Casella, con talento, éxito y pequeña dosis de suerte, hoy ocupan el escenario del mítico Teatro Maipo. Los lunes a la noche hacen Estás que te pelas. Concierto en llamas, una propuesta en línea con el amor desesperado que mostraron en Corazón idiota, espectáculo de 2009 con Siciliani y Carla Peterson; y un reencuentro de quienes fueran maestro y alumna. El éxito logró que lo que iban a ser ocho miércoles se extiendiera.

Ella no sólo canta, baila y seduce, sino que abajo del escenario también se ocupa de sus roles de mujer de Adrián Suar y mamá de Margarita. El también anda por el universo Pol-ka, fue la voz de Soy lo prohibido en Farsantes: “Para alguien que le gusta cantar canciones de amor, como a mí, cantar para una novela es perfecto, es como que te llamara Almodóvar. Canto Soy lo prohibido desde hace muchos años”.
—¿Cómo evalúan este momento artístico personal?
SICILIANI: Yo estoy feliz, obviamente. Cada paso que di implicó ser fiel a mi deseo de hacer lo que me gusta. Trato de no dejarme llevar por lo que tal vez conviene, sino por lo que yo siento que tengo que hacer. El ejemplo es Estás que te pelas, que hacemos con Carlos, con la arbitrariedad de hacer lo que nos gusta. Vemos que se llena el teatro, y eso confirma que la intuición de lo que a uno le gusta tiene buenos resultados.
CASELLA: Yo he hecho también otros espectáculos apoyados en lo musical. Los que hice con dirección de Alfredo Arias, como Tatuaje [de 2009], son además muy teatrales. Pero todos comparten tener una trama que se hace con canciones. Eso iluminó en mí algunas cosas que seguí explotando, un tipo de género que estaba ya en Babooshka. Canciones de mujer. Es elegir un repertorio ecléctico y camaleónico.
—¿Qué características tiene el repertorio que cantan?
C: Son canciones que, por más que uno no teatralice demasiado, te colocan en un estado. Algunas de ellas las arrastramos nosotros en nuestra historia. El repertorio se fue estructurando de acuerdo a las ganas y al deseo, a la calentura de cantar ciertas canciones, como Noche de ronda. Después, a nosotros nos divierte la idea de desbordarnos, lo que nos permite trabajar en el filo del humor y la ironía.
—En el espectáculo, hay juegos de seducción pero nunca llegan a proponer algo controversial. ¿Es intencional no franquear límites?
C: Con El Descueve hicimos productos de impacto, no solamente por lo sexual, sino por el uso del espacio, la libertad en el lenguaje escénico. Hacer un producto más accesible, fuera de lo transgresor, eso es para mí hacer una ruptura.
—Ambos trabajan exhibiéndose físicamente. ¿Se preparan para ello?
S: En relación con el aspecto físico, toda mi vida entrené. Fui bailarina; actuaba un poquito pero más que nada bailaba. Tenía un entrenamiento formal como cualquier bailarina, de tomar varias clases todos los días. Después, siempre busco hacer diferentes cosas, como yoga ashtanga. Ahora hago pilates.
C: Ja, ja, ¡la vida te da muy poco naturalmente! Ahora hago yoga tres o cuatro veces por semana, lo que me mantiene alineado. Luego, como ya tengo 46 años, todo lo que como no se procesa muy rápidamente. Por eso trato de cuidarme con la comida, porque me gusta estar cómodo.
—Griselda, ¿cómo está Margarita y cómo organizás tu vida para estar con ella?
S: Margarita está muy bien; ya tiene dos años recién cumplidos. Me organizo, por ejemplo, atendiendo al periodismo cuando ella duerme la siesta. Trato de, una vez que estoy en casa, estar con ella a full. En otros momentos, ella va al jardín, y allí soy una mamá más, aunque, por supuesto, las otras mamás me conocen de la tele. Pero somos un grupo de madres y padres muy divinos, gente copada.
—Carlos, ¿cómo es Griselda hoy: reconocida, en pareja con Adrián Suar, madre de una bebé?
C: Griselda fue muchos años mi alumna y siempre tuvo esa potencia que tiene ahora. Pronto estuvo en la obra Hermosura, del grupo El Descueve. Y rápidamente, se volvió popular en la tele, por sus productos de Pol-ka, con Patito feo. Para mí, siempre fue la misma en los 15 años que nos conocemos. Y ahora estamos a la par como directores. ¡Ya somos casi hermanos!
—Griselda, ¿te han tachado como “la mujer de”?, ¿qué implica ser la mujer de Suar?
S: Yo soy feliz con él, es un hombre maravilloso. Como compañero de vida para mí, no imagino a alguien mejor que él. Estoy muy enamorada de él. Después, todo lo demás tiene que ver con su trabajo. Observo que es un profesional muy reconocido, que lo que hace lo hace increíblemente bien y que ha cambiado muchas cosas desde joven. Estoy enamorada de un hombre al que admiro. Nunca me pasó que me hayan tratado como “la mujer de”. Todos saben de dónde yo vengo... si no venís de ningún lado, si no hiciste nada, si realmente sos “la mujer de”, te puede pesar que te traten así. Estar con Adrián es todo un beneficio: compartimos nuestras vidas, él me conoció siendo una artista muy trabajadora, vio lo que hacía y me admiró antes de enamorarse de mí.
—¿Cómo harías, Carlos, un balance de tu vivencia personal en el amor y en el sexo?
C: El amor y el sexo no van siempre de la mano. Muchas veces sí, muchas veces no. Por lo general, estoy mucho tiempo con las personas que me gustan, que quiero, que amo.