El viene del periodismo; ella, de la cocina. El sólo come milanesa con ensaladas; ella supo educar a sus hijos y a sus seguidores a comer de todo. Pero los dos saben que cuando están frente a cámara tienen encanto. Por eso, El Trece decidió reunirlos en un programa de entretenimientos. Sergio Lapegüe y Maru Botana arrancan Sábado en casa, hoy a las 19.
—¿Qué sabían el uno del otro? ¿Hubo discusiones antes de ponerse de acuerdo?
BOTANA: Yo no sabía nada de Sergio, sólo que era periodista. Ya charlamos, jugamos, ensayamos, hicimos la promo. Me siento muy cómoda con él. Cuando circuló que nos habíamos peleado, me enteré por mi hijo más grande: “Mamá, me dijo fulano que te peleaste con Sergio y que te fuiste golpeando la puerta”. Me resultó gracioso. Nos habíamos visto dos veces, ¿cuándo nos íbamos a pelear?, ¿vos me ves a mí dando portazos? Era una decisión difícil para los dos. El tenía que abrirse un camino diferente del noticiero; yo, salir de Telefe… Pero nunca nos peleamos.
LAPEGÜE: Cuando Maru hacía sus programas, yo hacía móviles en la calle y tenía mi programa de radio a la mañana, así que de Maru sólo veía las propagandas. Una vez los dos fuimos elegidos por la gente para hacer una campaña de un producto lácteo, así que nuestro perfil común viene de hace unos años. Para mí es un paso grande, porque es como un mini ómnibus en un canal de aire… Me estoy tirando a la pileta.
B: ¡Sí, pero con agua!
L: Ya nos tiramos y empezamos a nadar. La pileta a lo mejor no está tan llena, pero no nos vamos a golpear en el fondo.
—Maru, ¿cómo fue tu salida de Telefe?
B: Me costó. Con Telefe, hacía dos años esperaba un programa ahí… y ahora yo estaba triste. A Tomás [Yankelevich] pude decirle lo que pensaba… El día que estaba por firmar en El Trece, le escribí: “La verdad, esto me cuesta, tengo un nudo en el corazón”. El me dijo: “Hacé tu desafío, divertite, disfrutalo, va a estar buenísimo. Cuando quieras, las puertas acá van a estar abiertas”.
—¿Qué les significa ser parte de El Trece (Grupo Clarín) en la actualidad?
L: Hace 22 años que tengo la suerte de trabajar en un canal con absoluta libertad, donde nadie me dice lo que tengo que decir. En los medios del Estado (que más que del Estado son del Gobierno), esto no es así: los periodistas sufren porque les dicen lo que tienen que decir. El Gobierno tiene que pelear contra la inflación, la inseguridad, el desempleo, para que haya gasas en los hospitales, para que los alumnos no tomen los colegios. No tiene que pelearse con un periodista, cuya tarea es informar y mostrar lo que ve. Como integrante de un medio atacado, estoy dolido, pero son piedras en el camino que fortalecen mi espíritu. Igual, no soy un Lanata, un Nelson Castro, un Biasatti ni un Morales Solá que opina. Soy un presentador de noticias.
B: Soy totalmente apolítica. No me tiro para un lado ni para el otro, ni pienso opinar. Pero me entristece ver un país que se cae, donde faltan un montón de cosas por hacer… sobre todo por mis hijos, porque no quiero que el día de mañana se vayan del país.
Vidas ajetreadas
Botana y Lapegüe comparten pasión por el trabajo y la familia. El está casado y tiene dos hijos adolescentes; ella trajo al mundo ocho hijos, y disfruta de siete de ellos luego del fallecimiento de Facundo en 2008. Ella dice: “Mi vida es a las corridas: me levanto a las 6 y 10, voy despertando a los chicos; los cambio; a las 8 voy a entrenar; me ocupo un poco de la casa; estoy un rato con la beba [María Inés, nacida en junio de 2012]; después me voy a mis locales de comida. Desde casa hago la revista Maru. Canal Gourmet me está pidiendo reiniciar el ciclo”.
Lapegüe también vive a las corridas: “Estoy en la radio de 17 a 20; a las 20:15 termino; llego corriendo al canal, me maquillan, me visto y a las 21 estoy al aire de nuevo. Además, doy cursos de oratoria y conduzco eventos, como el domingo pasado, aunque era el cumpleaños de mi mujer… pero bueno… es trabajo”.