El año 2015, gracias a Star Wars, fue el más grande en términos de recaudación en el cine en Estados Unidos. Los ingresos venían cercanos al récord, pero los números generados por la séptima entrega de la saga galáctica han llevado la taquilla de 2015 a 11 mil millones de dólares de ganancia. El récord absoluto.
Pero no todo es felicidad, y esos números no pueden ignorar el gran problema actual de Hollywood al cierre de su año fiscal: la forma en que los cambios de hábitos a la hora de ver televisión (en Estados Unidos, Netflix domina el 40% de internet durante el prime time) y los miedos que ello genera en los inversores dan como resultado que cuatro de las siete grandes compañías (Viacom, CBS Corp, Time Warner, 21st Century Fox, Comcast, Disney, Sony Corp) sufran pérdidas en sus acciones valuadas en casi 50 mil millones de dólares. En cambio, las acciones de compañías como Netflix y Amazon no sólo se duplicaron: las de Netflix subieron 114% y las de Amazon 124%. El pasado agosto, el CEO de Disney, Bob Iger, reconoció que habían perdido suscriptores en uno de sus canales, ESPN. Al día siguiente, la compañía descendió 9% en sus acciones, generando así su peor día en cuatro años.
Es más, Disney dejó en claro que su expectativa a la hora de ganancias de sus canales (ABC, ESPN, Disney Channel y otros canales) había disminuido. Considerando que sus medios implican más de la mitad de sus ingresos, 14.700 millones de dólares en el último año fiscal no es algo para ser tomado a la ligera. Y así lo vivieron sus inversores.
El pasaje desde los medios tradicionales a los digitales, gradual pero consistente, es la tendencia que ha generado ese desbarajuste y cambio de paradigma. Lejos quedaron los días en que el CEO de Warner, una de las empresas afectadas, se reía diciendo que Netflix representaba para las grandes compañías el mismo riesgo que el ejército de Albania para los Estados Unidos. El incidente de Disney deja en claro una realidad: los consumidores de TV están alejándose del cable y utilizando internet como fuente directa para ver “televisión”. Incluso si ese número es considerable (el 15% del total de la población), ha generado que determinados inversionistas tengan dudas al respecto de sus bienes.
La duda: ¿hay forma de recuperarse para las grandes compañías? El modelo actual de TV (que el CEO de Netflix, Reed Hastings, vaticina morirá en 2030) debe modificarse, y algunos, a partir del éxito de Netlix y Amazon, insisten en que ese cambio debería ser en el corto plazo. Sobre todo considerando las posibilidades del crecimiento de Apple TV, el streaming de la compañía de Steve Jobs.
La duda más grande es si, en breve, deberían sacrificarse por parte de los conglomerados las ganancias que vienen de los productos licenciados a cadenas como Netflix y así no ayudar indirectamente al éxodo de espectadores. En los números y los poderes de negociación, es decir en la distribución, se sostiene que vendrá “la venganza” de los grandes: más allá de la producción cada vez más fuerte de contenidos, lo cierto es que Amazon y Netflix todavía no poseen tantos productos propios.
La cruel frialdad de los números
¿Quiénes fueron los grandes perdedores del año fiscal en Estados Unidos de los conglomerados del entretenimiento? Viacom, la compañía dueña de canales como MTV; Comedy Central, Nickelodeon, VH1 sufrió una baja en sus acciones del 44%. Fox perdió, y eso que Fox News Channel, su canal de noticias, es un foco importante de su audiencia y un jugador clave en Estados Unidos. Y la pérdida no fue menor: 28%. Time Warner bajó el 23%, lo cual implica una caída muy grande, considerando que el año pasado había logrado un aumento del 30%. Disney (que incluye todos los canales de Disney infantiles, ESPN y ABC) perdió 14%, es decir que el empujón de El despertar de la fuerza no alcanzó para no dejar en primer plano la pérdida de 7 millones de suscriptores que ESPN tuvo en los dos últimos años. Después del ataque informático que sufrió Sony, su pérdida fue del 21%. CBS Corp también tuvo una caída del 14%.
AMC (dueña en Estados Unidos de The Walking Dead) tuvo un incremento, pero el gran miedo sigue viniendo de la posibilidad de que Apple se introduzca al mercado como un nuevo Netflix, es decir, un sistema de entretenimiento online con streaming y productos originales.