“El cine de acción se volvió vacío”

Gerard Butler (43) se sonríe desde el otro lado del teléfono: “Obvio que es divertido jugar al héroe de acción, sobre todo cuando implica andar con un arma corriendo por la Casa Blanca. Pero todos sabemos que el real problema es cuando los políticos se creen héroes. Digo, ya que andamos a los tiros por la Casa Blanca, se entiende la idea”.
Butler, escocés y futbolero, fanático “en YouTube de Messi”, es parte de Ataque a la Casa Blanca, fantasía de acción en la Oficina Oval a estrenarse el próximo jueves, que será una de las dos películas que concentran su acción y sus “action heroes” en los pasillos donde Bill Clinton hacía de las suyas: “¿Cómo puede haber semejante coincidencia? No importa; de hecho, es saludable que la acción se mueva a rincones más adultos, más ásperos, que incluso siendo puro género rocen algo más que la mera explosión gigante digital”.
En ese sentido, el tipo que se hizo famoso por gritar “Somos Espartaaaaaaaaaaaaa” a pulmón tendido y con pectorales pintados de cuasi dorado sostiene que “el cine de acción se ha vuelto bastante tonto, y en un punto, lo que no quita calidad pero sí resonancia, en algo vacío. Y creo tiene que ver con cómo encaramos la violencia post 11/9: nos hemos acostumbrado a una violencia que por ser divertida deja de ser, digamos, incisiva. Y es todo lo contrario de lo que sucede en esta película de Antoine Fuqua, un tipo que ganó el Oscar por ¡una película de acción!: no por nada se la ha comparado mucho con la primera Duro de matar. ¿Vos ves películas de acción como Duro de matar hoy? ¿No son casi imposibles de conseguir las películas de acción que saben acompañar a un personaje al mismo tiempo que juegan con la canchereada casi inherente al género en Hollywood?”.
“Es bastante impresionante cuando tipos que realmente hicieron ese trabajo, de cuidar a un presidente (y eso que no estaban en medio de un ataque terrorista en la Casa Blanca) te cuentan su día a día. Dios, es prácticamente el peor trabajo del mundo: vivís de tu tensión, en un estado animal. Pero sí, me sirvió hablar con ellos. Me sirvió para darme cuenta de que puede servirte y no de esa idea peligrosa de patriotismo” sostiene Butler respecto de su entrenamiento. Y vuelve a hablar sobre Hollywood, frente a la pregunta (considerando su defensa de cierta idea de acción que “no se queda simplemente con el muñequito, te da algo más difícil de conseguir: cine”) de si le interesaría, ­teniendo en cuenta su debut en 300, saga que tendrá secuela este año, basada en un cómic de Frank Miller­, ser parte de una megafranquicia superheroica: “Seguro que sí. Digo, sé que todos dicen esto, pero es muchas veces verdad: si el papel sirve, si el papel es bueno, claro que me interesaría estar ahí. Es muy interesante el proceso de una película de acción: todos lo consideran algo más fácil, más sencillo, y, creo, por el contrario, que es un arte bastante sutil. La fiebre de los superhéroes, género del que veo cada film, me parece algo que, claro, habla de los miedos de Estados Unidos, pero también ahora está hablando de lo contrario: de que se busca en el hedonismo del género, en cómo se disfruta eso. Sólo que creo que, considerando lo difícil que es hacer acción adulta, hay que cuidar más determinadas películas de género”.