Del 7 al 9 de diciembre, se realizó la Argentina Comic Con y, como parte de los encuentros similares que se organizan desde hace décadas en otras partes del mundo, tuvo un eje dedicado al cómic, pero también, más ampliamente, a la cultura pop, término que, en este caso, alude a productos de consumo masivo, de circulación en cine, televisión y soportes digitales, incluidos, como parte de ellos, los videojuegos. Si se trata de televisión globalizada y redefinida en sus estéticas y accesibilidad, Netflix tiene mucho para aportar y, como parte de la cultura pop, estuvo en la Comic Con. Allí se promocionó The Hauting of Hill House, la serie basada en la novela de culto, homónima, de la estadounidense Shirley Jackson (1916-1965), publicada en 1959.
Casas habitadas por presencias sobrenaturales, las hay célebres, como la que Oscar Wilde imaginó con humor en El fantasma de Canterville. Casas cuyos signos de destrucción se derivan de pecados y tabúes intrafamiliares, las hay y acaso no sea superada la de Edgar Allan Poe, en La caída de la casa Usher. Pero la creación de Jackson, que articula el pasado de unos niños con su presente como adultos, logra grados de terror psicológico que fascinaron, entre otros, a Stephen King. Quien tenga agallas puede ver la versión de diez capítulos, dirigida por Mike Flanagan, en la que los actores Victoria Pedretti y Oliver Jackson-Cohen tienen roles protagónicos. Ellos estuvieron en la Comic Con y allí dialogaron con PERFIL.
—¿Podrían describir sus personajes?
JACKSON: En la serie yo soy Luke Crain, uno de los mellizos más jóvenes. Mi melliza es Nell Crain. Los mellizos vivieron en la casa y probablemente fueron testigos de los hechos más terroríficos de sus vidas. De modo que, cuando en la actualidad se reencuentran en la casa, tienen que luchar mucho para destruir lo que habita la casa.
PEDRETTI: La casa fue concebida para enloquecer; [los personajes] son torturados por los fantasmas que la habitan. Uno de los fantasmas le muestra a la hermana [Eleanor “Nell” Crain, el rol de Pedretti] visiones premonitorias del futuro. Esto es difícil de comprender. Ella lucha para mantener su identidad, realmente se esfuerza por encontrar una posibilidad de relacionarse con el resto de la familia, que está compuesta por familiares dispersos y llenos de resentimiento. Esto hace que las experiencias que se viven en la casa sean muy difíciles.
—¿En qué radica el terror; cómo se construye el terror en la serie?
J: Ese es un gran secreto. Mike [Flanagan] creó esta serie, en la que la parte fundamental consiste en mostrar al ser humano real. Los fantasmas y la casa son una metáfora que cualquier persona puede entender. En algunas casas, se comete abuso infantil. Aquí es similar, porque los eventos que ocurren afectan a los niños. La casa es una metáfora de cualquier tipo de abuso. Los fantasmas se pueden considerar como efectos secundarios de lo que allí sucede. Mike muestra la mente humana: qué porcentaje está bajo nuestro control y qué porcentaje no lo está. Esto determina a esta serie de terror. Además, plantea los delgados límites de las enfermedades mentales. La casa permite explorar los efectos de las enfermedades mentales, de las adicciones, la depresión, el suicidio. Representa hechos graves y dramáticos en la vida de los personajes, quienes tratan de apaciguarlos y dejarlos en el pasado.
P: Cuando los personajes, ya adultos, regresan a la casa, esta los aterroriza como cuando eran niños. Sienten el terror en sus cuerpos, el drama está en sus cuerpos, en sus mentes.
—¿Dónde queda y cómo es la casa que aparece filmada?
J: La casa está situada en las afueras de La Grange [Atlanta, estado de Georgia]. Es una casa increíblemente hermosa y enorme [de estilo arquitectónico Tudor, con puertas y ventanas ojivales]. Parece una casa normal, con muchas escaleras. Pasamos allí nueve meses; recién terminamos de filmar en junio pasado.
P: Me sentí muy bien allí, pero quizás alguna vez sentí un poco de temor cuando las luces estaban apagadas.
Las nuevas formas de ver series
Victoria Pedretti y Oliver Jackson-Cohen elogian el proyecto de Netflix. Para él, “Netflix permite que la audiencia pueda elegir lo que quiere ver, cuándo y cómo verlo sin interrupciones. A nivel mundial, es la empresa más vista. El camino que debemos seguir es el que nos marca esta compañía, que trabaja para el entretenimiento de millones de espectadores en todo el mundo. Netflix le da a la audiencia la libertad de elegir y esto, a mi entender, es lo más increíble de la compañía. Además, es apabullante saber que la serie se emite en todo el mundo al mismo tiempo: se la puede ver en China y en Arabia Saudita. Es increíble que en todo el mundo se pueda establecer un diálogo y que este se mueva de una forma que antes no existía en la televisión. Antes los programas eran vistos por unos pocos miles de personas, pero ahora te ven millones de personas en todo el mundo. Todo el mundo habla de un actor, lo ven todos: Netflix se encarga de realizar esto”.
Para ella, “es una compañía maravillosa e inteligente, joven y exitosa. La compañía elabora sus propios productos; tiene gerentes y asesores financieros que hacen que el dinero fluya, y están interesados en el arte; hacen series sin pensar tanto en el dinero que se va a ganar con la producción, sino permitiendo la libre creación y generando un debate. Muchas de las decisiones que se toman están basadas en lo que quieren hacer los directores y no solo en la parte comercial”.
