Hernán Lombardi viajó a Jujuy para estar presente en la Quebrada de Humahuaca como previa de los festejos de los 200 años de la Declaración de la Independencia, y en su periplo político (seguía por Mendoza) coordinó para estar presente en el rodaje de Supermax. El ministro tomó mates, charló con los actores (“Santiago Segura es muy divertido, está enamorado del norte argentino”), y por la noche tuvo una cena informal organizada por el gobernador Gerardo Morales, quien estuvo acompañado por su mujer y sus hijas. También, por decisión de Lombardi, viajaron los miembros del directorio de RTA, y su presidente Miguel Pereira.
—¿Cuál es el porcentaje de coproducción de TV Pública?
—Lo que recibimos de la coproducción son los derechos de transmisión en Argentina a cambio de brindarles la producción local de estas dos semanas en las Salinas, como equipo técnico, insumos, logística, hotelería, gastronomía, vuelos, entre otras cuestiones.
—¿Cómo fueron las reuniones con Globo?
—Fuimos con Horacio Levín (director de la TV Pública), Gabriela Ricardes (directora del Bacua), Miguel Pereira, y con el organizador que es Daniel Burman y Mario Segade (autor). Fueron dos encuentros, una jornada en Río de Janeiro y otra en Buenos Aires. De ellos estaba el CEO Carlos Schroder, el director ejecutivo (de Negocios Internacionales) Raphael Corrêa Netto, y el director de Negocios Internacionales Ricardo Scalamandré. Fue una forma de trabajo que llevó a ponerse de acuerdo muy rápido porque el profesionalismo de los nuestros y el de ellos rápidamente concordaban. Este es el primer paso de muchos trabajos más.
—¿Cuál es el balance de TV Pública en los primeros seis meses?
—Es un balance muy positivo. Hemos cumplido el objetivo de tener una televisión más cerca de la gente. Es una pantalla transparente que se logró con pluralidad, y con la mirada de los noticieros, con sólo verlos te das cuenta, está lo de Panamá Papers como lo de Grindetti, es un gran trabajo de Néstor Sclauzero (gerente de Noticias). La quinta pata de la noticia como Ronda de editores con María O’Donnell son dos buenas ideas. El placer de ver la Copa América sin la presión de la propaganda política de antes nos enorgullece. Sabemos que nos falta mucho por hacer.
—¿Qué, por ejemplo?
—Innovar. La TV Pública puede tener un costado más experimental que lo estamos buscando.
—¿Qué pasa con el rating? La anterior gestión medía más. ¿Por qué les cuesta sumar público?
—El rating se mide en Capital y GBA y no en el interior del país, que es fuerte de la TV Pública. El rating es un parámetro más. Para la televisión comercial obviamente es un parámetro central. Porque la televisión pública tiene que dar servicios, educación y cultura, tiene que ser plural y diversa y dar voz, así como dar cuenta de todo lo que pasa. Es un indicador importante, pero no el único.
—¿Haría una medidora estatal de audiencia en el interior durante tu gestión?
—Sí, creo que es imprescindible medir lo que pasa en las grandes ciudades, pero también en las pequeñas localidades del país. Es un proyecto que tenemos en cuenta, es un proyecto caro, de gran consolidación, pero en algún momento lo vamos a hacer.
