Guy Ritchie cumplió 39 años y decidió festejarlo a solas con su mujer, Madonna. Cenaron a la luz de las velas en el restaurante del hotel Claridge, en Londres.
Los dos estaban muy elegantes, íntegramente vestidos de negro, y se mostraron apacibles y enamorados. Si no se tratase de la reina del pop y su esposo, podría decirse que hasta pasaban inadvertidos dentro del lujoso restaurante.
Pero llegó la hora de que Madonna le entregase su regalo. Y, claro, no se trató de un reloj, o un viaje, ni un auto. No. La reina del escándalo miró a su esposo a los ojos y le entregó una bolsa transparente con una caja negra y fucsia. Ritchie no tuvo que abrirla para saber de qué se trataba. Una fotografía, en uno de los laterales de la caja, muestran el adminículo en todo su esplendor. Y el nombre, de tan sugerente roza el grotesco...
El " Purple Penetrator" es un vibrador que las mujeres se sujetan a la cintura por medio de un cinturón con la idea de cumplir el rol de hombre en una relación sexual. Cuesta 60 dólares y es la última novedad erótica en Europa.
La reacción de su esposo al ver el obsequio es una incógnita. Lo cierto, es que, como indica la revista Caras en su última edición, al salir del restaurtante, la reina del pop sonrió frente a los paparazzi sin preocuparle que el juguete sexual fuera captado por las cámaras. A Ritchie tampoco pareció importarle.