Estuve aturdido durante estos días. James era como un hermano para mí, y apenas me entere de que había fallecido se me vencieron las piernas”, dice Steve Schirripa, más conocido por interpretar a Bobby Bacala durante cincuenta episodios en la mítica serie Los Soprano, el rol donde conoció y se hizo amigo de James Gandolfini, el James del que habla, quien falleció sorpresivamente la semana pasada dejando, aun más, en la memoria emotiva a su imborrable Tony Soprano. “Nos empezamos a llamar entre nosotros y no podíamos lidiar con la noticia: una de las cosas más lindas de Los Soprano era que mientras hacíamos un show que sería mítico en la historia de la televisión estábamos creando una familia de amigos. Hubo gente que se casó, que tuvo hijos, que se separó. Fue una hermosa experiencia que hoy está golpeada por lo que sucedió.”
Schirripa acaba de estrenar en Investigation Discovery su nueva serie, Dulce venganza, los jueves a las 22, que lejos de la ficción donde se hizo historia es un show que trata del anhelado ojo por ojo cotidiano: “Es un recorrido por venganzas particulares. Creo realmente en la idea de que el que la hace la paga, y que hay personas que merecen ser castigadas. Soy un ferviente creyente en la idea de que el que la hace la paga. Pero no creo en el ojo por ojo, sí en la justicia. El show trata de eso: de mostrar esos castigos a personas que lastimaron emocionalmente, que engañaron, y preguntarle a la calle qué haría en la misma situación. Todos quieren venganza, pero nadie se anima a llevarla a cabo”.
Gandolfini y Schirripa son nativos de Nueva Jersey, “por ende, seguro, estábamos más acostumbrados a andar entre mafiosos que entre doctores: eran nuestros amigos, algunos están presos y todo; pero James era un tipo muy generoso: una vez nos regaló a todos 36 mil dólares por estar a su lado en todos Los Soprano”.
A la hora de hablar sobre la televisión, Schirripa sostiene que su programa es distinto “porque muestra cosas que le pasan a la gente real, que pueden pasarte a vos o a mí, que es la condición que los hace exitosos”. Y reflexiona respecto de que los shows como el fundamental Los Soprano han mutado la televisión hasta estos días, pero no únicamente a la ficción: “Para serte sincero, creo que hay un montón de programas de ficción que han sido traducidos en no ficción, en otros formatos. Por ejemplo, estaban Los Soprano y de repente aparecieron un montón de realities basados en tipos duros, en tipos como Tony Soprano, en tipos que lideran clanes y submundos. Ni hablar puntualmente de estereotipos de ítalo-americanos.