La primera pregunta para este consultor internacional de Medios (nacionales y del exterior), que comandó la programación de Canal 13 entre 1990 y 2001, es si todavía extraña ese lugar: "No, no. En el 2002 cuando renuncio me planteo dos cosas: una es la reflexión de los medios, verlos desde afuera y que no te arrastre la corriente. La otra, la relación con el exterior", contesta Hugo Di Guglielmo, autor del libro La programación televisiva en guerra, editado por La Crujía, y presentado el último miércoles.
Charla debate. En una mesa compuesta por el productor Jorge Maestro y los periodistas Pablo Sirvén y Carlos Ulanovsky, que acompañeron a Di Guglielmo durante el lanzamiento, el primer disparador sirve como diagnóstico: de los escenarios bélicos propuestos por su reciente libro, ¿cuál es el más nocivo? Ulanovsky anota "vanidades" y el resto asiente.
Di Guglielmo explica, entonces, que si bien el medio está plagado de barrilletes dispuestos a caer todos los vicios que ofrece la tevé, una responsabilidad (mayor) le cabe a "la gente que está detrás de los escritorios" cuyas conductas reprobables se traducen en el aire: "La guerra por el cambio de horario es nefasta", lapida el ex gerente del 13.
Un lugar común repartido en cada charla busca saber si todo tiempo pasado fue mejor. Responde Di Guglielmo: "Cualquier persona que trabaje en comunicación que se plantee si todo tiempo pasado fue mejor, pierde el tiempo porque no vuelve. Creo que sí debemos poner el foco en la reflexión sobre qué es lo que estamos produciendo y qué es lo que estamos recibiendo", explica el veterano productor, autor de Vivir del Aire (2002).
"Hace no tantos años atrás, diez o quince, una persona inteligente se preguntaba cómo acceder a la información. Hoy la pregunta es otra: cómo decodifico la información que me llega; cuál sirve, cuál no sirve, cuál es útil para mi vida, este es el gran desafío", sostiene.
Pero la actualidad televisiva incluye, también, otro elemento: el informativo. "La noticia, como cualquier hecho de la televisión - de ficción o no - siempre es una edición de la realidad, yo no creo que muera la noticia como no creo que muera la televisión de aire como la conocemos hoy porque tiene una capacidad de aglutinamiento y una llegada masiva que aún cuando baje el encendido sigue siendo muy poderosa", explica optimista.
En línea con el título del libro, se plantea si existe de fondo una "guerra mundial" y una "guerra nacional" con relación a los formatos. Qué tan mala es la tele en Argentina: "Está en todo el mundo, en nuestro país esto se amplifica más pero televisión basura hay en todos lados. Y la pregunta que se impone, qué hacemos para salir de eso: "Lo ideal sería una autoregulación, que se junten dos directores de canales y digan 'muchachos, no hagamos esto'".
(*) de la redacción de Perfil.com.