En 1982, se estrenó el film Tootsie, en donde Dustin Hoffman compuso un personaje que fingía ser otro: Michael Dorsey, un actor desempleado que, frente a no poder conseguir papeles, decide presentarse como mujer, y se hace llamar Dorothy Michaels. Con este aspecto y conducta, entra en un elenco en el que está Julie Nichols (Jessica Lange). Entre Michael/Dorothy y Julie nace el amor; el conflicto radicará en la mentira y la verdad de la identidad del actor devenido actriz. La versión teatral de la película es de Robert Horn, basada en la historia de Don McGuire y Larry Gelbart. Fernando Masllorens y Federico González del Pino compraron los derechos para la Argentina y la producción se acaba de estrenar en Lola Membrives, con dirección de Mariano Demaría. Nicolás Vázquez lo considera uno de los desafíos más importantes de su carrera.
Asimismo, Vázquez es el protagonista que tiene el desafío de seguir a Hoffman, y es un desafío amplificado, dado que tiene que hacer cambios íntegros de Personaje y de vestuario en cuestión de minutos. Para prepararse y poder encarar el rol femenino, hizo un entrenamiento físico que redujo su masa muscular, aprendió a caminar con zapatos de taco y preparó la voz para tener un registro mixto. La coprotagonista es Julieta Nair Calvo, y el elenco tiene actores de mucha preparación, abundante trayectoria y relativa participación mediática: Diego Hodara, Maida Andrenacci, Leo Trento Vivian El Jaber, David Masajnik, Francisco Andrade, Gustavo Bonfigli, y muchos más. Dentro de la obra de teatro, que en esta versión transcurre en la Argentina y en la actualidad, con nombres hispanizados o en versiones locales (Santi, Dorita, Julia, etc), hay, por supuesto, algunas canciones y la dirección musical es de Gerardo Gardelín. Y el vestuario, de inconfundible factura, es de Renata Schussheim.
—¿En qué momento de sus carreras les llega esta importante producción, y, Nicolás, en particular, cómo te posicionás como productor?
—Julieta Nair Calvo: Tengo 34 años; es un momento de mi carrera en el que realmente me siento, después de ser mamá, bastante superpoderosa. Mi bebé todavía no cumplió un año; después de la maternidad, vivo los trabajos con muchísima felicidad. Tuve dos: el primero fue con Susana Giménez en Uruguay, también con producción de Gustavo. Ahora mi bebé va caminando por los pasillos del teatro y por la escenografía y me hace sentir una emoción única. Toda esa luz que él me da ilumina a mi actriz. Este proyecto me llega en un momento en el que estoy muy plena, muy contenta.
—Nico Vázquez: Como productor me siento muy fuerte en lo que tiene que ver en el trato, en mi relación con el ser humano, con la persona. Eso implica: “Hola, Ju. ¿Estás bien?”. Por ejemplo, el camarín, el que tiene ducha es para ella, por si un día trae al bebé, se cagó: que lo pueda bañar. Acá siempre se trabaja con mucho amor y mucha armonía. Los actores están atendidos como corresponde; el equipo técnico, a la par de los actores. Estoy haciendo lo que a veces no me sucedió. Lo malo de eso me hizo aprender. Además, tengo un ensamble, dentro del cual todos podrían ser protagonista de cualquier obra; tienen una trayectoria tremenda. Están felices porque se los participa de todo. Hay de verdad un lindo ambiente.
—N: Esta es una producción, no sé si está bien o mal dicho, “internacional”, como si uno acá no pudiese hacerlo. Digamos que es de un nivel muy alto: por costos, porque somos 18 personajes en escena, por el vestuario, la escenografía, porque está en el Lola Membrives, uno de los teatros más lindos de Argentina
—¿Cómo construyeron sus personajes, cómo son, qué relación tienen con los personajes de la película?
—N: Para hacer esta comedia, nos basamos en la película. Pero si bien está la referencia de Jessica Lange, sería tonto de mi parte querer imitarla. Está la esencia de ella: una mujer dulce, súper apasionada en el trabajo, y una mujer libre. Para esa época, las relaciones de mujeres con mujeres, hombres con hombres, no se era tan libre como es ahora, aunque todavía no tanto como debería ser. Mi personaje, lo fui construyendo con indicaciones del dire. Yo tengo una tendencia a tener mucha sonrisa en la cara; parezco aniñada cuando hablo. Él me remarcaba: “mujer, vos, plantada. Observá a Dorita cuando te habla y eso te va a ir enamorando”. Mi personaje es muy genuino y da rienda suelta a lo que le pasa. A ella supuestamente no le gustaban las mujeres y de pronto se enamora de Dorita; entonces plantea esta libertad en el amor.
—V: Yo estoy haciendo la mujer que hizo Dustin Hoffman, lo que hago está basado en la película. Para mí, no hay formas para ser una mujer: puede ser más masculina, más femenina, puede tener una estructura grande, chica, no hay un determinado peso. Me tuve que basar en lo que hizo Dustin Hoffman, por eso tuve que bajar 5 kilos. Dustin Hoffman es más chiquito que yo, no mide 1,83. Estoy copiando algo que hicieron. Yo podría ser una mujer con mi físico, tranquilamente sin bajar 5 kilos, podría ser una mujer más masculina, no tan femenina como Dorita Sánchez; podría ser una mujer sin peluca, podría ser una mujer sin tener pechos.
—¿Cómo aparecen las canciones en esta versión?
—N: La obra tiene canciones, si bien nosotros no decimos que es un musical.
—V: A diferencia de la película, el personaje de Michael Dorsey, que se presenta en un casting para una novela, acá se presenta para una comedia musical, género al cual odia, pero como está cagado de hambre y no lo contratan en ningún lado, se presenta como Dorita Sánchez, y queda. Yo canto, Juli canta. Nos podemos dar el gusto de cantar los dos porque, dentro de la historia, contamos eso. También hay gags sobre el hecho de que yo vengo a destruir el musical, porque lo detesto. Es una comedia romántica, que deja el mensaje de la película, básicamente.
—¿Hay referencias al significado de “tootsie” dentro de la obra??
—V: La mascota de Dustin Hoffman se llama Tootsie, porque a él le gustaba mucho esa golosina que se llama Tootsie. Mariano Demaría planteó una vez: “Quiero explicarle al público por qué Tootsie”. Así que sí, aparece en un momento, pero no quiero spoilers del texto. Mi antagonista, que me enfrenta, como en toda la película, es el famoso director, que acá hace Leo Trento. Él lo explica. Viene de su parte, como una bajada línea de él, que es un personaje misógino y machista, que se enfrenta conmigo y a las mujeres en general.
—N: Tootsie es un clásico de los años ´80, y a la vez es muy actual, porque es una película feminista, porque defiende el género femenino, porque muestra un montón de cosas que vivimos las mujeres que, los hombres, si no se las mostrás de esta manera, no las ven. La película defiende al género y es maravilloso poder interpretarla.
Recuerdos de los comienzos
—Han llenado y planean llenar teatros enormes. ¿Qué recuerdos tienen de sus inicios en producciones teatrales más sencillas y pequeñas?
—V: Mucha gente no lo sabe, porque me hice conocido por la tele, pero yo arranqué en la Casa de la Cultura de Olivos, enfrente a la plaza, haciendo mi primera obra y pasando la gorra. Yo transité todo eso; lo cuento en esta obra, donde el personaje Santiago es ese actor que la está peleando, que no queda, que no tiene un mango, que le dice al representante: “Me estoy cagando de hambre”. Mis amigos manejan el Kairós; a toda la gente que puedo la mando para allá o a Nün. Yo deseo que pase lo que está pasando: ese teatro off también está explotando. Mi ensamble vive como eso que cuento. Georgina Tirotta sale de acá, ensaya otra obra, da clases. Si no hace las cuatro cosas, no le alcanza. Acá están felices en todo aspecto, se pueden acomodar.
—N: Tenemos un recorrido muy largo. No es un golpe de suerte. Yo repartí folletos para una obrita para dos personas (mi papá y mi abuela), con una gorra de una pinturería “Pindorcho”, para ver si alguien de Abasto venía. No me arrepiento y me encantó hacerlo. No rendirse. Aunque cueste un montón, en algún momento algo de eso llega.
—V: Sí, el mismo Nico que está acá es el mismo Nico que trabajó en Easy, que vendió panchos, el que hizo seguros, que vendía Plan Rombo. “Ahí está Nico, el de Casi ángeles”: no es así, antes está todo eso, haciendo el unipersonal en Flores donde el dueño me dijo: “A mí lo que me interesa es que venga gente y le damos pizza”. A veces la gente se queda sólo con el Nico Vázquez de la revista.