ESPECTACULOS
Radio 10 y Mitre

La guerra del aire (segunda parte)

Debajo de la pelea entre Mitre y Radio 10 se esconden fracasos y un dato irrefutable: carentes de creatividad propia, tuvieron que recurrir a Daniel Hadad y a Jorge Lanata.

Versus. Samuel "Chiche" Gelblung logró conducir la primera mañana de la 10. Jorge Lanata revitalizó a Mitre y es primero en sus horas.
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Eran las 10 de la mañana y ningún kiosco de Río Gallegos lo tenía. Como quería leer en papel cinco notas (que había escrito sin remuneración alguna y para realizar un trabajo comunitario en Río Turbio), fui entonces hasta El Periódico Austral, el matutino oficialista. 

Allí, en un lujoso edificio, una recepcionista me dijo que no había ejemplares. O sea: el diario no existía como tal. 

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Era un simulacro en el sentido filosófico expuesto por Jean Baudrillard. Porque un medio, para existir, necesita estar en el medio de algo. Y en este caso del otro lado no había nada.  A partir de esa experiencia, hoy puedo preguntarme si haber comprado Radio 10 significará ser el dueño del mismo medio que regalaba autos cero kilómetro a los taxistas y repartía banderas argentinas los 25 de Mayo 

¿Hoy cercana al gobierno, será la misma emisora que logró una audiencia masiva repudiando los derechos humanos y proclamando un odio activo contra los travestis o los drogadependientes? 

Es cierto que Daniel Hadad siempre fue recibido en la Casa Rosada y en Olivos, pero ahora no es una cuestión de locutores y periodistas, sino un tema de audiencia. Hoy se trata, por ejemplo, de aquellos oyentes que convirtieron en un hecho de masas a una radio que para referirse al joven Ezequiel Demonty, asesinado por la policía y tirado al pantano, lo llamaba “el cartonero que se arrojó al Riachuelo”.     

Uno podría preguntarse, también, si Oscar González Oro, acusado de racista por la comunidad boliviana, tendrá cintura política (o algo así) como para volver a los 49.98 puntos de share, en una radio ligada al oficialismo. O interrogarse sobre si la ética del “Negrito de la 10” y la del empresario Cristóbal López, encontrarán dificultades para adecuarse mutuamente. 

Pero, para lograr hazañas de tanto calibre, hay seguramente un hombre. Y se llama Samuel Gelblung. Porque así como existen políticos con la suficiente sabiduría (o algo por el estilo), para elogiar a Francisco después de rechazarlo como Jorge, también hay periodistas que nada tienen que envidiarles y uno de los mejores es Chiche. 

El conductor no sólo logró la primera mañana de la 10, sino que, además, dejó de padecer insólitas condenas en Plaza de Mayo. Y es por eso que, ahora, puede jactarse al aire de ser comunista y de tener carné honorífico del partido peronista.   

Pero la “guerra del aire” pierde densidad cuando se observa el pedigree de los contendientes. En ese terreno es donde se comprueba que el movimiento de trivialización dominante logra que, bajo la oposición mediática, se oculte también la unidad de la tontería. Porque ni uno ni otro consiguió, en los últimos años, formar un conductor eficaz. Invirtieron mucho dinero y ambos terminaron recurriendo a las creaciones de Hadad, y a Jorge Lanata.

Después de las muertes de Adolfo Castello y Néstor Ibarra (2004 y 2005), Mitre estuvo fatal. Para “levantar audiencia” contrató a Dady Brieva y, en 2005, cosechó 20.70 puntos de share, mientras Radio 10 arrasaba con 42.50. 

En Mitre se oyeron momentos interesantes, como la amistad entre Lorena Maciel (hoy TN) y Carlos Barragán (hoy 6, 7, 8). Y la estupidez metió un golazo cuando, en medio de la más terrible inundación en Buenos Aires, Mitre emitió “música contra las malas noticias”, haciendo sonar por horas los trinos de Jeannette con esa vaina de “hoy en mi ventana brilla el sol…”. 

Luego de descerrajar el Apocalipsis y de expulsar a Magdalena Ruiz Guiñazú, Mercedes Ninci yAlejandra Medina, los autores de aquella barbarie suave, Nicolás Yocca y Sergio Piasek, se fueron también ellos, como si se echaran a sí mismos.

Para esta columna la batalla del aire parece, por momentos, una lucha entre los que se habrían acordado de declarar una guerra cuando ésta ya había terminado, contra otros que se negaban a desaparecer después de haber escrito en incontables oportunidades su propio epitafio.

 

Prehistoria de la 10

Radio 10 empezó a emitir un día histórico (¡un 24 de marzo!) en 1998. Y consiguió, en ese mismo año, ser escuchada por un millón de personas cada día. Pero había obtenido la licencia tres años antes, cuando Carlos Menem firmó los decretos 848/94 y 1498/94, dictando la expropiación de Radio Municipal y su paso de la frecuencia AM 710 a la 1650, aunque finalmente fue a la actual AM 1110.

En aquel momento se discutió la constitucionalidad del decreto, puesto que la 710 no era nacional sino de la ciudad de Buenos Aires.

Si bien las radios son identificadas por dos letras y un número, siendo las excepciones Radio Nacional (LRA), que pertenece al Estado, y también Radio 10 que tiene tres letras, como si también fuera pública.  

Para tener idea de la potencia que significan los 100 kw de Radio 10, se recuerda que, en el año 2000, Marcelo Longobardi (primero siempre en la 10 y en Mitre), ni siquiera figuraba entre los diez programas más escuchados, emitiendo de 6 a 9 en Radio América.