"Verónica Perdomo lucha por su vida", era uno de los titulares que podían leerse a mediados de 2009 cuando se conoció la noticia de la internación de la joven conductora y modelo, víctima de un ACV.
“Estaba mirando la tele, de pronto vi la mitad de la pantalla. A partir de ese momento, me apagaron la luz”.
Así recuerda Verónica en diálogo con Perfil.com casi dos años después de uno de los momentos más duros de su vida: estuvo internada un mes en coma, al borde de la muerte.
Hasta ese momento, ella trabajaba como modelo y había participado de varios programas televisivos junto a Chiche Gelblung, Gonzalo Bonadeo y Nicolás Repetto.
Incluso durante el verano de 2009 hizo temporada en Carlos Paz, Córdoba.
Los pronósticos sobre cómo sería la recuperación de Verónica no eran precisos: los médicos no tenían claro cómo estaría una vez que abriera los ojos ni las secuelas que le podrían llegar a quedar.
"Cuando volví, me encontré llena de cables y de tubos, no sabía lo que había pasado". Esa vuelta de la que habla Verónica no fue nada fácil: tuvo que aprender a hablar y a comer.
En medio de ese difícil proceso, todavía internada, la vida la golpeó con una noticia inesperada: su padre, quien la acompañó todos los días mientras estuvo en coma, murió repentinamente por una trombosis intestinal.
Verónica siguió adelante con su rehabilitación. Para proteger su cabeza ("me faltaba la mitad del cráneo", recuerda), usó durante más de un año un casco de ciclista, que no se podía sacar en ningún momento.
Hasta que un nuevo golpe la sacudió: su hermano, de apenas 30 años, apareció muerto en su departamento, tras un paro cardíaco.
"No puedo decir lo doloroso que fue. Uno puede esperar aunque no le guste que se te muera un padre. Pero mi hermano era hermoso y muy joven", cuenta Verónica.
La actualidad. Totalmente recuperada y con apenas algunas dificultades al hablar cuando no recuerda una palabra, Verónica Perdomo está lista para volver al ruedo.
Por estos días la joven entrena a diario, tiene sesiones con su fonoaudióloga y se encuentra en perfecto estado de salud, según sus médicos.
Los días "sin luz", como señala Verónica, parecen haber quedado lejos.
"A mí me salvó el amor: de mi familia, de mis amigos y de la gente", dice sin dejar de sonreír.
(*) de la redacción de Perfil.com
