ESPECTACULOS
roberto pettinato

“La política argentina se resuelve en un country”

Por Gustavo Mendez. El conductor-humorista habla de su regreso a Duro de domar, la reconciliación con Gvirtz y la censura en la radio de Cristóbal López. Galería de fotos

Pingüino. Asegura que aceptaría pauta oficial, pero con dignidad. Indomable.
| Nestor Grassi

Hola?
—Hola, ¿Petti?
—Sí, ¿quién es?
—Diario PERFIL.
—Uh. #&%$. Bancá. Ya bajo.

Son las tres de la tarde y, con voz de ultratumba, Roberto Pettinato se despierta malhumorado de la siesta. A los cinco minutos se presenta en el hall del edificio luciendo un overol verde oscuro, anteojos marrones y la cara recién mojada.

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Pettinato está de vuelta en su “guarida”, en la que se siente más rockero, under y bohemio. Más cercano a su pasado en Sumo. Le duró poco su estadía en la torre de Salguero con amenities de millonarios que habitó hasta hace pocos meses con su ex mujer, Karina El Azem, y sus dos hijos, Esmeralda y Lorenzo. Siempre que se separa, Pettinato vuelve ahí: a su cama destendida, al desorden, a los discos, a los vinilos, a los libros, a los muñecos y a colgar los cuadros de rock. “Hay veinte en todo el mundo –señala uno de Led Zeppelin–. Lo compré en San Francisco hace cuatro años y pagué una fortuna: dos mil dólares”.

Pettinato está soltero, pero no solo: “Estoy de novio, muy pero muy bien”, sonríe, y como para apaciguar el ladrido inicial del encuentro trae agua y chocolate que arroja sobre una pequeña mesa, y remarca con tenacidad: “No voy a hablar ni de música ni de política. Sólo voy a hablar del programa y de la obra”, en clara alusión a su retorno a Duro de domar (Canal 9) y del stand up Me quiero portar vien, que presentará los viernes 20 y 27 de marzo en Teatro Caras y Caretas. Su advertencia duró un suspiro.

—¿Y este muñeco de Néstor? ¿De dónde lo sacaste?

—De Canal 13. Lanata terminó de hacer su programa (Periodismo para todos) y yo estaba en Que parezca un accidente (TN), y veo que en una oficina había quedado tirado el muñeco de Cristina y otro de Néstor…

—¿El de Cristina lo agarraste?
—Sí. Anda por ahí. Son muy difíciles de conseguir. Son los originales que hacían ellos, uno de los grandes momentos de marketing y merchandising del gobierno de Néstor. El de Cristina fue muy malo. Mirá –se para y trae una botella–: acá tengo la famosa sidra de Eva Perón. Ella muere, pero ya estaba todo preparado para Navidad. Nunca salieron a la luz, la retiraron por duelo.

—¿Cómo la conseguiste?

—Por mi papá. Tenía varios cajones en un sótano, que fue regalando. Una se la dio a Duhalde. Eso quedó.

Premonición. En enero del año pasado, Pettinato dijo en PERFIL: “Es posible que me despidan de La Mega”. Dicho y hecho. Llegado fin de año, podía hablar dos minutos por hora y quedó afuera de la FM del Grupo Indalo. “No fue Cristóbal López quien lo pidió… fue Paco Mármol que me fletó a mí y a varios otros: Lage, Plager. Es un pibe que tiene el hacha rápida, clásica para quedar bien con sus superiores”, responde el saxofonista.
—¿Y te bajaron el sueldo?

—A la mitad. Y a la vez, el gerente ese, Paco Mármol, ahora tiene una demanda mía porque mandó tuits diciendo cuánto me había ofrecido (N. de. R: Mármol tuiteó “$ 110 mil”).

—Cristóbal López compró Ideas del Sur. A vos te fue mal con López. (N.de R.: La nota se realizó antes de que surgieran los rumores de que  López compraría PPT, la productora de Gvirtz, y al cierre de esta edición no se había llegado aún a un acuerdo). ¿Cómo creés que le irá a Tinelli, el CEO por diez años más?

—No me fue mal con Cristóbal López, me fue mal con gente del Grupo. No creo que Cristóbal López tenga idea de que tiene radios, y no creo que en su auto el chofer ponga La Mega. El tipo compra como inversor, así como tiene la mitad de la Patagonia o de Comodoro Rivadavia. Esta gente está viendo cómo carajo hace para comprar el océano Pacífico. No echaron a Hoppe, Prada, Tinelli; saben que los necesitan. Son otros números y cuentas. Negocios. La política argentina se resuelve en un country un sábado comiendo un asado en que te encontrás con Massa sentado con Cristóbal López, después entra Cristina y Duhalde sale del baño y se ponen a comer.

Fuera de serie. “Macri me aconsejó que vea Borgen, una serie danesa, que sí muestra lo que verdaderamente es la política. “No es House Of Cards la política Roberto, es Borgen”. No hay asesinatos burdos, es brava. Cuando terminé de verla, dije: “Si esto le gusta (a Macri), ojalá que no sea presidente”, afirma Pettinato.

—Telefe está preparando una ficción sobre un candidato a presidente con Vicuña y Oreiro.

—Seguramente será como lo es este país: un chiste.

—La dirige Campanella.

—Frozen está bien dirigida pero es una mierda, y La era de hielo 3 igual, y te querés pegar un tiro en la cabeza.

—Volviste a “Duro de domar”. En PERFIL dijiste: “Gvirtz se quedó con la pauta oficial”. ¿Cómo limaron asperezas?

—No hubo rencores. Borrón y cuenta nueva. Veía Duro de domar y siempre pensaba que era mío. Lo hicimos con Martín (Moyano, productor), que de pura casualidad después se convirtió en el marido de Tamara (su hija). Para mí, Duro de domar no tenía un conductor. Me decía: “Qué lástima que el programa se haya ido a un lado político”. Creo que sufrió un desgaste y me llamaron. Pregunté: “¿Y a qué quieren volver?”.

—Es el último año del Gobierno, ¿buscó despegarse un poco?

—Ah, eso se lo tenés que preguntar a Gvirtz. No sé qué pasa por su cabeza. Tal vez lo pensó, o no. Soy un gran catalizador a la hora de cambiar la imagen de un programa. Lo hice con Indomables, que era un programa de Mauro Viale. Y ahora también, Duro se está amoldando a mi manera. “Yo quiero que vos seas libre. Hacé lo que se te cante”, me dijo Gvirtz en las reuniones. Como mi humor se basa en el cinismo y la ironía y no en la agresión directa, entonces tengo más posibilidades de surfear la ola y poder estar en Duro de domar y escribir en Clarín. Yo no estoy de los dos lados del mostrador. Yo ya soy el mostrador (se ríe).

—Era fuerte decir que se quedaba con la pauta oficial.

—Sí, por ahí en ese momento lo hacía, o capaz que no. Quizá en el fondo yo estaba caliente. Hoy en día siempre me pregunto: “¿No hay nadie del Gobierno que me quiera dar plata? Soy peronista, le dan a cada boludo, ¡Dios mío!”. Yo recibiría pauta oficial, pero sería digno. A los que les dan pauta oficial son indignos y terminan haciendo berretadas. Acá no se sabe usar a los rebeldes. Escuchá cómo hablan y te vas a dar cuenta de lo que son. A D’Elía le tuvieron que pegar tres o cuatro cachetazos para que se callara. “No necesitamos que nos defiendas tanto”.