Entre tanto amor paternal y fraternal, tanta rosca de elencos y besos entre abogados y algún que otro juego más o menos pasable, aparece a las 22 Escobar: El Patrón del Mal a despertar a la pantalla de Canal 9 y a sacudir un poco a las tiras locales con la vida del líder narco, muerto hace 20 años. Filmada con calidad de cine en más de 500 locaciones entre Medellín, Bogotá y Miami, la producción más ambiciosa de Caracol (costó unos 12 millones y medio de dólares) retrata al personaje que partió en dos a Colombia en 74 capítulos y le aporta a la televisión argentina una vuelta de tuerca que no encuentra hasta el momento: contar una historia sin repetir conflictos ni romances.
Paradójicamente, en la veracidad de esta ficción puede que esté el secreto del éxito que tuvo la serie en toda Latinoamérica y que comienza a verse en nuestro país (siete puntos en promedio desde su estreno, en un canal que apenas llegaba a la mitad en ese horario). Pero a lo real no lo sostiene sólo lo que sabemos del mayor traficante de cocaína, sino un dinámico guión basado en el best seller La Parábola de Pablo, escrito por el periodista y ex alcalde de Medellín Alonso Salazar, y la impresionante actuación de Andrés Parra. El actor encarna a un Escobar capaz de apichonarse por un reto de su madre o mostrarse embobado ante la “mamacita” de Angie Cepeda, como de mirar frío y ordenar sin tartamudear “darle plomo” a cualquiera que amenace su intención de ser la persona más poderosa del mundo. El lenguaje repleto de modismos es otra de las patas en las que se afianza la intención de emparentarse con la historia, sin importar en dónde se la esté viendo.
Parra interpreta a la perfección la idea de que había un par de “Escobares”. El que se movía entre los pobres como benefactor, el que se ofreció a pagar la deuda externa a cambio de que se elimine su pedido de extradición, era el mismo que juró pegarse un tiro si no llegaba a millonario y que tenía un arca de Noé en su mansión. En la serie se lo puede ver tanto como un Robin Hood de Antioquía, como planeando de qué manera será la próxima entrega de droga mientras sus cebras pastan detrás. Esto fue lo que en Colombia generó la polémica de si lo que se estaba haciendo era humanizando demasiado la figura del fundador del Cartel de Medellín. Algo que empeoró entre los detractores cuando vieron que el debut del programa fue lo más visto en la historia de la televisión colombiana. Si bien promedió 16 puntos en todo lo que duró la tira, los 26,9 del estreno encendió las discusiones.
Aunque no sólo los enemigos del narco estuvieron en contra de la emisión de El Patrón del mal. La hermana menor de Escobar pidió ante la justicia que Caracol dejara de emitir la tira hasta que la familia tuviera acceso a los libretos, dado que sentía que se los explotaba “amañadamente con fines comerciales”. También se dice que varios famosos pidieron no figurar. El episodio más conocido es el de El Puma Rodríguez, que en la serie es presentado como El Pantera y es corrido a golpes de la estancia porque se atrevió a cantarle a la esposa de Escobar. El cantante venezolano negó ante la CNN haber conocido al protagonista de la historia, al momento que diarios colombianos publicaban una foto suya junto a la mujer.