No es la única argentina que la adoptó como su segundo hogar. Pero en su caso, vivir en Miami adquiere una connotación distinta a la de cualquier otro mortal: aquí, en la ciudad estelar de La Florida, Susana Giménez puede hacer lo que se le antoje. Liberar sus sentidos, conectarse profundamente con su esencia y no depender de ese costado, tantas veces exigido, que trae incorporada la fama.
Salir de compras al supermercado, ir al cine, comerse una parrillada o ir de shopping como cualquier hijo de vecino. Todos esos programas, misiones casi imposibles para la diva en la Argentina, las puede canalizar sin inconvenientes en Miami. Por supuesto que nunca faltará alguna voz o mirada que la reconozca, condimentos que de ninguna manera empañan esa ansiada sensación de libertad.
"Acá en Miami estoy súper tranquila. No cumplo ninguna rutina en especial. Me levanto, desayuno algo frugal y trato de descansar lo máximo posible. Estoy disfrutando mucho de la casa y de la piscina. Al atardecer, me encanta ir al cine y estar al día con los estrenos. También me fascina caminar por South Beach, mirar vidrieras y comprar algo, si me resulta atractivo. Nada me serena más que ir de compras; es mi terapia”, le confesó la diva a CARAS, tiempo atrás, sobre las sensaciones que le despierta Miami. Una ciudad a la que llega religiosamente todos los fines de enero, después de sus clásicos veraneos en Punta del Este.
Lea la nota completa en la edición impresa de la revista Caras.