ESPECTACULOS
Maruja Bustamante

"Lo diferente da desconfianza"

La actriz y dramaturga presenta Adela está cazando patos y la más reciente Testimonios para invocar a un viajante.

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Potencia. La dramaturga y actriz posee un poderoso discurso queer. | gza. marina giusto

De la provocadora labor teatral de Maruja Bustamante, hoy están disponibles online dos obras. Por un lado, hasta el sábado 25 de julio la web del Teatro Nacional Cervantes ofrece gratuitamente Testimonios para invocar a un viajante. Este texto de Patricio Ruiz fue dirigido por Bustamante en 2019: “Es un documental apócrifo sobre un chico que se enamora de otro en México; también es un homenaje a todo el movimiento nocturno, drag queen, LGTBIQ+”. El elenco está integrado por Diego Benedetto, Flor Dyszel, Belén Gatti, Agustín Rittano y, en video, el propio Ruiz.

Por otro lado, la sala independiente Espacio Callejón programa la pieza de 2016 que Bustamante escribió y dirigió, y con la que ganó especial notoriedad, Adela está cazando patos, desde este domingo 19 de julio a las 18 hrs hasta el miércoles 22 también a las 18 hrs. El acceso a través del sitio de Espacio Callejón o bien de Alternativa Teatral es gratuito, pero se puede hacer un aporte económico voluntario si así se lo desea.

Aunque no siempre terminó las carreras de grado, Maruja estudió con Helena Tritek, Graciela Dufau, en la UNA, en la FUC, en la EMAD (donde ahora es docente). Tiene como referentes a Karina K, Gustavo Tarrío, La Barby (Leo Veterale): “Estoy muy formada desde la praxis”, dice y se apresta a hacer de la vida territorio de experimentación, potencia y reflexión.

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—En tus obras, como actriz, autora o directora, suele aparecer, entre otros temas, el amor. ¿Cómo pensás el amor?

­—Me conmueve mucho el amor de la familia teatral. Ahora estamos muy unides, nos apoyamos. Artistas Solidaries [iniciativa de Mosquito Sancineto] está juntando plata para repartir bolsones a les compañeres que están un poco peor. Cuando pienso en amor, pienso en amor romántico y en equipo, proyecto, creación, unidad, cooperación, empatía. En las disidencias, en general tenés una infancia y una adolescencia un poco difíciles. Cuando te podés aceptar y encontrás tu familia de elección, tu familia queer, la vida empieza a tener otro sentido; podés ser vos misme, sin tener que poner en acción ninguna pose. Eso también es amor.

—Holanda ha anunciado que dejará de incluir la categoría de género dentro de sus DNI, por considerarla irrelevante. ¿Qué te parece?

—¡Vamos, Holanda, siempre a la avant-garde! Me parece espectacular. Nuestro DNI y todos los formularios que lleno… Me presento para que me den un subsidio. Entonces: “¿Género?”. “¿Y qué tiene? Soy pobre igual, señor”.

—Trabajás mucho en torno a las disidencias, de género y estéticas. ¿Cómo hacés para, casi citando a la bióloga Guadalupe Nogués, hablar con gente que piensa distinto?

—Yo lo hago con mucha paciencia, si puedo. Pero a veces hay personas que están enojadas y no dejan hablar. También están las que quieren saber. Entonces yo les pregunto: “¿Te da miedo esto que yo veo de otra forma?”. Para mí, es miedo a lo distinto, rechazo por miedo a qué puede pasar. Las rutinas y la tradición nos dan una tranquilidad. Vos ves una película de Hollywood, y la trama no te va a sorprender demasiado: eso te da tranquilidad. Te estás entreteniendo y no va a haber ninguna sorpresa extraña. Si ves una de terror, te va a dar miedo, pero no va a haber nada absurdo o estrafalario. Lo diferente da desconfianza. Me pueden contestar o no. Después, no me importa. Cuando recibís tanto golpe y golpe, en un momento decís: “Bueno, no tengo nada más para ofrecerte; yo soy así, no te hago ningún daño siendo quién soy, no te estoy perjudicando, pago el monotributo, hago caca marrón…”. He contestado cualquier cosa. O me enojo o hago unos chistes hasta que no me aguantan más. 
 

 

El cuerpo, la(s) obra(s)

Maruja Bustamante actuó en la celebrada obra de Mariano Tenconi Blanco Todo tendría sentido si no existiera la muerte y cuestiona: “¿Qué es el éxito? ¿Es porque va mucha gente, porque me dan un premio, porque le gusta a la prensa, porque les gusta a mis colegas, que es lo que más me cuesta?”–; actuó también en la película Doberman, en la serie 100 días para enamorarse… Prolífica y camaleónica, reflexiona: “Se puede hacer una perfo sobre tu cuerpo, que no tiene por qué ser binaria. Está un poco emparentada con el clown, que es un álter ego, monster, o drag, cyborg, o como le quieran llamar. Desde chica, a mí, por ser gorda siempre me decían: ‘Te tenés que vestir de negro’. Y yo, ¡no! Me vestía de colores. Vestido de negro, mi cuerpo se ve igual. Como yo era una persona gorda, no tenía un montón de derechos: al amor romántico, a la ropa, a un asiento cómodo, a aparecer en un protagónico. Fueron todas cosas que fui tratando de romper. Después de eso, devine en la cuestión de jugar con el género: hice drag king y me vestí de varón. Tuve charlas con masculinidades trans que explicaron que no podía yo estar todo el tiempo parodiando la masculinidad porque estaba generando odio sobre las masculinidades, en realidad, reproduciendo la violencia machista, más allá de lo artístico, parodiando el dolor, mi subjetividad y todo lo que me maltrataron los hombres.  Esto puede ir mucho más allá. ¿Yo qué quiero ser? Un oso de peluche. Entonces, bueno, ahí ya devine osito y eso no sé adónde puede llegar. Estoy siempre probando”.