ESPECTACULOS
Series

Los cuerpos de ficción se alimentan con sangre real

Tanto en streaming como en el cable, abundan las historias basadas en casos verdaderos. Parecidos y diferencias de seres tan polémicos como, en muchos casos, oscuros.

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‘TRUST’. En la serie de FOX, el gran Donald Sutherland interpreta a John Paul Getty. | cedoc

Dentro del menú infinito de series, sobresalen una cantidad significativa de ficciones policiales basadas en hechos reales que, a diferencia de las biopics, ponen el acento en los asesinatos y secuestros más famosos del mundo. Un leitmotiv más que seductor para que las plataformas streaming y los canales de cable decidan sacar la billetera y contar tenebrosos hechos verídicos con un texto de superproducción de época.

En tiempos en que la realidad le copia a la ficción, el lunes 26 estrena Trust en FOX Premium (alas 23), serie que cuenta la historia del secuestro y pedido de rescate millonario del joven John Paul Getty III, heredero de la fortuna del petróleo de la familia Getty, cuando es capturado en Roma en 1973, pero su abuelo se negaba a negociar con los secuestradores. Ya emitieron el primero de los diez episodios con un elenco premiado en Hollywood, los ganadores del Oscar, el guionista Simon Beaufoy, el director Danny Boyle, y la dos veces ganadora del premio Hilary Swank. Y el gran Donald Sutherland vencedor de dos Globos de Oro. Tras el debut, la familia Getty amenaza con demandar a los productores.

Hasta la marca registrada del género policial La Ley y el Orden metió el hocico en hechos reales con La Ley y el Orden True Crime: el caso Menéndez, el suceso paradigmático de dos hermanos, Lyle y Erik Menéndez, quienes acribillaron a sus padres en 1989, y durante el juicio transmitido en vivo por Cour TV argumentaron que eran víctimas de abusos sexuales por parte de sus progenitores. Dentro de la cárcel, los hermanos Menéndez contrajeron matrimonio por teléfono y por carta al tener prohibidas las visitas. Ambos se encuentran detenidos en Mule Creek State Prison de Ione, California. Este spin off, protagonizado por la talentosa Eddie Falco (Los Sopranos), tiene ocho episodios de una hora cada uno y se puede ver en Fox Series.

El 2018 comenzó con el gran estreno de El asesinato de Gianni Versace, American Crime Story (aún en la pantalla de FOX) con las actuaciones de Edgar Ramírez como el modisto, Ricky Martin como Antonio D’Amico su mejor amigo y pareja, y Penélope Cruz como Donatella Versace, hermana de Gianni, y Darren Criss en el rol del asesino Andrew Cunanan. D’Amico, de 59 años, tiene una tienda de moda en Milán y aceptó recibir una fracción de los 26 mil euros mensuales que le dejó Gianni en su testamento. Donatella, de 62 años, vive entre sus casas de Milán y Nueva York, es vicepresidenta del Grupo Versace y la jefa de diseño de la marca Versace. Netflix también ofrece el juicio por asesinato O.J. Simpson en la serie de diez episodios llamada Todos vs. O.J. Simpson, American Crime Story.  

Desde Irlanda del Norte brilla la producción The Fall –transmitida en Argentina por el canal OnDirecTV de DirecTV– inspirada en la vida del asesino en serie Dennis Rader, conocido como el Asesino BTK (siglas en inglés de atar, torturar y matar), un psychokiller de Kansas que acabó con la vida de diez personas entre 1974 y 1991.

Rader era el criminal que más había permanecido en libertad hasta su detención en 2005 cuando el propio psicópata despertó el caso que estaba cajoneado en el departamento policial enviando notas a las comisarías y agencias de noticias en las que contaba detalles de sus actos siniestros. Recibió diez cadenas perpetuas de pena, es decir, 175 años de prisión que a los 72 años sigue cumpliendo en la penitenciaría El Dorado de Kansas. En la serie, el guionista Alan Cubitt, decidió modificar el nombre por Paul Spector, un verdadero psicópata con doble vida: por un lado una bestia criminal y por otro una vida de familia, respetable ex director de una iglesia evangelista, casado y con dos hijos.

Charles Manson fue uno de los asesinos más famosos del mundo condenado a cadena perpetua por siete crímenes cometidos en Los Angeles en 1969. A casi cincuenta años de sus macabros homicidios, Aquarius, de la cadena americana NBC, muestra los inicios de Charles Manson divididos en dos temporadas de 26 episodios y con el actor Gethin Anthony en la piel de la bestia Manson fallecido el 17 de noviembre del año pasado. Aquí se vio por OnDirecTV.

Mindhunter, de Netflix, con el genial David Fincher a la cabeza, tomó el libro escrito por el ex agente del FBI sobre el estudio psicológico y conductista realizado por dos policías federales que visitaron a los criminales más depravados de Estados Unidos en los 70 con el objetivo de determinar si un psicópata se nace o se hace, y el gigante streaming lo convirtió en una serie. En la primera temporada, los cazadores de la mente criminal entrevistaron a Ed Kemper y Jerry Brudos. El gigante streaming anunció que habrá segunda temporada este año y la incógnita pasa por saber si los agentes federales tendrán un mano a mano con Charles Manson.

 Argentina no quedó al margen de la moda ficción-realidad. Primero depositó los ojos en la familia Puccio de San Isidro, quien en los 80 secuestraba personas de alto nivel adquisitivo para pedir rescate. Se realizó la producción de la película (El clan), supertaquillera con más de dos millones y medio de espectadores, y la versión televisiva Historia de un clan con 13 episodios emitidos por Telefe. Kramer & Sigman, la misma productora de El clan, se encuentra en posproducción de El Angel, la historia sobre el asesino serial Robledo Puch, encontrado culpable de diez crímenes cometidos en 1971 y quien actualmente cumple la condena perpetua desde 1972 en la cárcel de Sierra Chica. El debutante Lorenzo Ferro será quien interprete al Angel Negro, bajo la dirección de Luis Ortega.

 

Crimen y verdad

Mario Buchbinder*

Algunas de las ofertas en la búsqueda de sentidos y el entrecruzamiento con la revolución tecnológica, son las diversas producciones televisivas, las series, las telenovelas, los celulares. No tenés porqué quedarte en soledad dada la cantidad de medios de los que disponemos.

Un juego maravilloso al que nos tiene acostumbrados la actualidad: las series sobre la verdad y el crimen. Estas parecen incorporar todo: la sangre, la violencia, el amor, la discriminación, la justicia y la injusticia, la verdad y la mentira. Motivaciones, entre otras, que nos llevan a sentirnos atraídos frente a lo complejo del mundo, frente a lo que tiene del sinsentido, el estar perdido en el Universo.

Prestá atención porque aquí la serie te va a decir la verdad. Y te vas a sentir reconfortado de que alguien te la va a decir. Y vos formás parte de todo esto.

Es verdad que formamos parte. Aunque estemos al margen. Pero en cuanto a las ilusiones, en cuanto a la relación con la destructividad, la relación con la vida y la muerte, las fantasías más destructivas del ser humano, están presentes en estas series y es un modo contemporáneo de poder representarlos.

En O.J. Simpson se hace presente la discriminación racial, la lucha por los derechos de la población negra, el maltrato de la policía, la represión. La intensidad y vertiginosidad de los medios utilizados es una de sus marcas. En El clan (Puccio) implicado en la época de la dictadura “aprovecha la tecnología” de las desapariciones para el usufructo de una familia de clase media en picada. The Fall juega con el crimen sumergidos en la eroticidad ¿perversa? del criminal y la detective.

Alguien podría imaginar desde el universo de estos espectáculos dos extremos: uno que te quieren contar un cuento y de alguna manera hacerte caer en las redes del crimen y por el otro es un modo de denunciar el crimen y permitirte reflexionar sobre la existencia.

Hay series que se inclinan más para un lado y otras para el otro. La realidad es más compleja.

La directora argentina Lucrecia Martel dice: “Son una vuelta atrás en el lenguaje audiovisual… y en la complejidad narrativa-audiovisual, podemos pensar que ese universo representado en esas series está denotando la complejidad del universo sociocultural y de la subjetividad contemporánea”.

Al anunciar que es un hecho real supuestamente eso le da más contenido de verdad, esto es una construcción ficcional que puede llevar a una trampa de creer que estamos ante lo real y la verdad, mientras que es una ficción, aunque la ficción tiene grandes contenidos de verdad.

Forma parte de lo que Debord denominaba “la sociedad del espectáculo”, donde la venta y el fetichismo de la mercancía juegan un papel central.

Nos venden un producto con todos los efectos especiales posibles frente al cual te quedás deslumbrado, identificado, del cual no siempre podés tomar distancia, como lo quería el dramaturgo Bertolt Brecht.

*Médico (M.N. 33.440). Psicoanalista, psicodramatista. Director del Instituto de la Máscara.