Los cargos son muchos: productor ejecutivo, director, supervisor de efectos especiales y diseñador de The Walking Dead, show que entra en su décima temporada por Fox Premium (domingos a las 23.30). Pero Nicotero es leyenda. Leyenda del horror, que dio sus primeros pasos donde es deidad (el maquillaje) allá con George Romero, padre fundacional del terror con zombies, para, pasando por Quentin Tarantino y David Lynch y decenas de horrores adorados y sentidos, llegar a The Walking Dead, la serie que llevó a los zombies a una nueva popularidad y que convirtió, finalmente, a Nicotero en una voz a escuchar, que hoy sigue en el show al mismo tiempo que revive clásicos del terror como Creepshow y trabaja en más shows con ganas de morder ahí donde el horror y la política se juntan.
—Ya diez temporadas de “The Walking Dead”, de su rescate de los zombies basado en un cómic ya finalizado y llevarlos al mainstream y a su actualidad donde hay otras series que se desprendieron de ella y hasta proyectos de películas. ¿Cómo consideras, si es que lo ves así, que el show se ha relacionado políticamente con el Estados Unidos reciente?
—The Walking Dead ha sido siempre un show acerca de relaciones sentimentales y la idea de sobrevivir. La base es que a medida de que las cosas se van poniendo más complicadas la gente muestra su verdadera cara. Creo que ese ha sido históricamente el corazón del show. El corazón del show es ese: que siempre se ha tratado sobre qué está dispuesta a hacer la gente con tal de sobrevivir. Entonces, es una historia con una base muy humana, ya sea por la situación que la genera o por las reacciones que implica. Esa es una de las cosas que le han permitido a The Walking Dead resistir a lo largo del tiempo. Es interesante leer hoy titulares sobre el coronavirus y todo lo que está sucediendo en el mundo, porque inmediatamente ves en la práctica cómo la gente reacciona a ciertas cosas en las noticias y cómo reacciona a ciertas cosas que, por base política o solo por lo que implica vincularse con otros, implican ver qué haces, cómo reaccionas a la presencia del otro.
—Hablas del coronavirus, y hay un pánico general acerca de esta novedad. Se han visto situaciones nacidas del virus que implican discriminación entre personas (en América Latina y en otros territorios). Considerando tu experiencia con el terror y el horror, ¿qué crees que despierta el pánico?
—Bueno, claramente uno de los factores cruciales son los medios de comunicación. Si vas unos años atrás, y ves el film fundacional a la hora de los zombies, La noche de los muertos vivos, vas a ver que los protagonistas obtienen su información a través de los noticieros. Nadie sabe qué sucede, y confían en el reportero para que les cuente que hay gente que está volviendo del más allá y que se están generando estaciones de resistencia a esa horda. Incluso ahí, en el momento en que se inventó el apocalipsis zombie, los medios eran una gran parte de cómo se transmitían las noticias. Ese rol siempre ha sido interesante. Trabajé en una película de Frank Darabont llamada La niebla, y recuerdo leer el guion y preguntarme cuán rápidamente la sociedad podría caer en un escenario donde las cosas se empiezan a complicar a una velocidad descomunal. Y, a la par, cuándo sucumbiríamos frente a nuestros medios primarios, cosas que aterran a todos. Cuando se estrenó Tiburón, la gente no quería meterse al agua. Estos medios primarios están en nuestro colectivo inconsciente, lo que está debajo de nuestra cama y nos aterra, lo que aparece del otro lado de la puerta a la noche.
—Pero hay una diferencia entre el pánico colectivo de ayer y hoy…
—Sí, hay una diferencia. Ignoramos nuestros miedos primarios porque la modernidad nos generó la sensación de que estamos bajo control, que al tener el mundo en la punta de nuestros dedos podemos resolver lo que queramos. Que puedes usar tu celular, tipear buscando información y todo va a estar bien. Y esa no es necesariamente la forma en que funciona el mundo. O el miedo. El miedo es algo que altera completamente lo que sabemos del mundo al demostrar cuán frágil es nuestro ecosistema y cómo no tenemos el control. El miedo muestra nuestra naturaleza.
—¿Qué espacio crees que ocupan los zombies en la cultura popular y, en ese sentido, qué espacio ocupa el show en el canon del género, que siempre fue mucho más político de lo que se cree?
—Cuando se estrenó La noche de los muertos vivos en los años 60 fue un film revolucionario. Cruzó géneros, cruzó razas y lidiaba como pocas películas con el miedo primario que implicaba que el mundo te quisiera comer vivo. Y también recogía el guante de otros clásicos, sin zombies, como La invasión de los usurpadores de cuerpos, de los años 50, al retomar la noción de qué pasa si alguien que amas ahora tiene un solo deseo y el mismo cuerpo de siempre, y ese solo deseo tiene que ver con verte morir y comerte.
—¿Los zombies qué representan, entonces, a la hora de nuestros miedos?
—El género zombie empezó a ser rebelde y político gracias a George Romero a fines de los años 60. Y se sumaron nombres como Tobe Hooper y Wes Craven. Los directores de terror en ese momento usaron el género para mostrar cómo se sentían respecto del mundo y respecto de la sociedad. Y lo hacían con ganas de dejar bien en claro sus ideas. La noche de los muertos vivos y El amanecer de los muertos pusieron a los zombies en el mapa del género. Los efectos eran geniales. Las historias eran geniales. Y desde ahí, desde siempre fueron culto y potencial de muchas prácticas que otros cines no llevaban a cabo. Claro, hasta que en los años 90 los videogames los volvieron a poner en el centro de la imagen, como blancos de tiro. Y su popularidad volvió a crecer. Y de ahí salen Resident Evil, o films como Shaun of the Dead o Romero detrás de 28 días después. Y más tarde nosotros, que logramos seguir ahí donde antes finalizaba todo lo anterior. Frank Darabont creó esta historia de supervivencia en la TV, y eso cambió para siempre a los zombies.
—¿Cómo los cambiaron para siempre?
—Antes del show, la gente tenía una idea muy específica sobre qué era un zombie. Ahora nuestros diseños a la hora de crearlos han generado una idea, si no distinta, con muchas variantes. Teníamos muchas ideas al respecto, sobre maquillaje y hasta paleta de colores. Cosas que aprendí y quise mejorar de cuando estaba con Romero en Tierra de los muertos. Y siempre se trata sobre los personajes principales. Siempre. En el terror, muchas veces los personajes son descartables, memorables pero descartables, y aquí puedes estar con ellos hasta que de repente no están más. Se generó un nuevo vínculo con las víctimas del género. Importa lo humano, y divierte el zombie.
—¿Te gustaría expandir el mundo de “The Walking Dead”?
—Me encantaría generar una versión en español de The Walking Dead. Sé que tenemos una gran base de fanáticos en la región y es siempre un placer saber de ellos. Me gusta mucho la idea de que esto tiene lugar a nivel global, no solo Estados Unidos. Ha habido conversaciones, seguro, pero es imposible saber si será América Latina o Europa.
El adios a los clásicos
A lo largo de sus temporadas, The Walking Dead ha aprendido a despedirse de nombres grandes. Desde el actor Andrew Lincoln, que fue su protagonista por mucho tiempo, a incluso tener que decirle adiós el cómic que originó la serie The Walking Dead. Ahora le toca el turno a Danai Gurira, la actriz que interpretó a Michonne, y que abandonó el show en esta temporada.
—¿Cómo fue decirle adiós a un nombre tan grande del show como Danai Gurira, además de ser un personaje importante en el universo Marvel?
—Danai fue alguien que comenzó a ser parte en la temporada 3, y con quien teníamos una relación bastante única, ya que trabajamos juntos mucho tiempo para generar al personaje de Michonne. Fui una de las primeras personas que la conoció en un casting en Los Angeles. Es una situación agridulce, conocerlos desde que comenzaron en el show y que puedan despegar a cosas incluso más grandes. Pienso en nombres como Callie, Jon Bernthal y Steven Yeun. Pero Danai es una presencia muy fuerte. Y The Walking Dead ha sido un show que siempre promovió a las mujeres fuertes, poderosas, y ella representa eso como también representaba muchas otras cosas que le han dado su identidad al show. Es lindo verla irse a su propio show. Con Norman Reedus se nos ocurrió hacer algo especial por su partida, y así lo hicimos: en el último día de su rodaje le pedimos al equipo que hiciera un despliegue de fuegos artificiales como despedida.