Desde pequeño le gustaba observar a una persona para luego imitarla. Se destacaba en el jardín de infantes por ser el gran conductor en actos escolares. Años más tarde fue profesor de tenis, estudió Periodismo y, finalmente, se sumergió en el mundo de la actuación.
“Era un chico común que empezó a actuar, y escuchaba una canción soñando cantarla sobre un escenario", rememora el actor e imitador Martín Bossi (36), quien a los 23 años se planteó qué iba a ser de su vida. Sentí que debía dedicarme a algo que me apasionara, y me decidí por el teatro. Tuve la suerte de conocer a Diego Seresián, mi amigo y rival de tenis. Y todo comenzó con un pianito en los ratos libres, ahí empezaron a abrirse los caminos.
Para mí todo esto es especial, porque costó mucho sufrimiento, lloré mucho. Es un trabajo en el que uno pone el alma, el ego. Muchas veces estamos amados, y otras maltratados. Para actuar hay que tener mundo en los ojos, hay que tener rupturas amorosas, velatorios y también nacimientos”, confesó el ganador del Martín Fierro 2010 por Labor Humorística Masculina en el programa Showmatch.
Su actual obra, “El impostor”, lleva vendidas más de 50.000 entradas, y le valió ganar el premio ACE al Mejor Espectáculo de music hall Lo más importante fue una increíble caracterización del hombre que predestinó, hace años, su excelente momento profesional Sí, ni más ni menos que el recordado Sandro “Fue uno de los más grandes artistas que conocí Todavía recuerdo esa fiesta familiar en su casa, en 2003 Me pidió que lo imite, y así lo hice Fue emocionante Luego vinieron varios encuentros más, y en uno de ellos vaticinó mi futuro, además de enseñarme algunos trucos con el micrófiono para lograr la mejor caracterización de su persona En una oportunidad me dijo al oído: ‘Cuando tengas tu propio espectáculo en la calle Corrientes, lo cerrarás imitándome’ Y así fue”, recuerda Bossi con una emoción que le brota del alma
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