Con Farsantes, Pilar Gamboa acumula cuatro ficciones en El Trece después de Para vestir santos, Los únicos y Tiempos compulsivos. La actriz cuenta que la oportunidad de ingresar en la TV llegó a través del Productor Ejecutivo de Pol-Ka, Diego Andrasnik, quien vio todas sus obras en el off y la recomendó para debutar en la pantalla chica. “La televisión sigue siendo un ámbito de exploración que tiene muchos vericuetos”, responde Gamboa, amante del teatro independiente. Dice que habla poco con Suar y le valora que “es un productor muy presente, si ve algo que no le gusta del personaje viene y te lo dice él mismo. Tiene una visión muy entrenada, sabe lo que quiere”.
—¿Que balance hacés de “Farsantes”?
—Es diferente a las otras ficciones que están en pantalla, más completa desde la escritura y actuaciones, me recuerda a las de antes. No tiene la estética de Underground y está encabezado por el equipo de Barone que le da un nivel muy alto.
—¿Esperaban rendir en rating?
—No suelo estar al tanto del rating, no entro en ese estrés. Tengo la sensación de que Farsantes tiene un equipo lindo y que por suerte le fue bien, mientras que a Tiempos compulsivos tenía un equipazo y le fue mal. El éxito en la televisión es muy azaroso. Es mucho esfuerzo hacer un programa diario, y estuvo bueno y me gusta que este año no esté Tinelli porque hizo que haya más ficción y que la gente pueda elegir contenido.
—Hubo rumores de roces entre compañeros. ¿Cómo es el clima laboral hoy?
—Es buenísimo, amable y tranquilo. Mi personaje es periférico por lo que no tengo muchas escenas en el estudio como los protagonistas, ni tampoco soy una persona chismosa. Trabajo, grabo mis escenas y después cuando salgo hago mis obras de teatro.
—Fuiste novia gay de Celeste Cid en “Para vestir santos”, super poderosa en “Los Unicos”, paciente terapeuta en “Tiempos compulsivos” y hoy componés a una piba de barrio que se obsesiona con el personaje de Facundo Arana. ¿Alguna vez te pensaste en el rol de heroína?
—Sí. Soy actriz y tengo la sensación de que todo lo nuevo me interesa, me dan ganas de investigarlas y tranquilamente podría hacer de un personaje que muera de amor en una telenovela.
Con 15 obras en teatro independiente, Gamboa entró en la TV casi pisando las tres décadas. “Me interesa formar parte de diferentes formatos. Y por supuesto que me interesó la plata que es muy diferente a lo que se gana en el teatro que yo hago. Me siento una privilegiada. Nunca imaginé poder vivir de la actuación. Cuando terminé el secundario hice el examen de ingreso en el Conservatorio y no entré. Me deprimí horrores, estaba en ebullición, pero no bajé los brazos y me anoté en el Rojas”, cuenta y revela que su tardío arribo a la TV se debió, entre otras cosas, a su paranoia a los castings: “Me parece un sistema muy perverso”.