Mel Gibson se emborrachó en julio de este año y comenzó a insultar a la comunidad judía. Pero eso no fue todo, porque el episodio terminó con su promocionado arresto. Ahora, el actor y director de cine pidió disculpas y aceptó la humillación “pública y global” que recibió tras los insultos.
Ante la cámaras, el actor de Arma mortal se describió como un “borracho alegre que explota sin razón”. La revelación del actor y director, de cincuenta años, se dio en el programa de televisión Good morning América, que conduce la periodista Diane Swayer.
Allí, Gibson se animó a desgranar los avatares de aquella noche de su detención en una entrevista que promete su continuación el viernes: “Dije cosas horribles que sí, eran antisemitas y que estoy avergonzado de que salieran de mi boca”, aceptó el director de La pasión de Cristo.
Los insultos con los que se despachó esa noche el director incluyeron amenazas contra los judíos y las mujeres y sus arrebatos de megalomanía dieron la vuelta al mundo en un escándalo que muchos observadores en la industria cinematográfica consideran que pueden dañar para siempre la carrera de este popular actor.
Sin embargo, Gibson insistió en que no hay excusa para su comportamiento: “Otros necesitan un cubo de agua fría para despertar. Lo que yo necesito es humillación pública y global”, insistió el actor.
En su opinión, la única forma de evitar este tipo de comportamiento por su parte es mantener el objeto de su deseo “bajo siete llaves”, ya que ni siquiera la idea de perder su familia o su carrera es suficiente para evitar la bebida. Sobre sus palabras, aseguró que fueron "el estúpido balbuceo de un borracho" y subrayó que no quiere que el público lo vea como un monstruo.
Gibson está casado y tiene siete hijos. Al momento de ser detenido se refirió a una de las policías como "senos dulces" mientras que otro de los agentes, tras preguntarle si era judío, le dijo que "los judíos son los responsables de todas las guerras en el mundo".
Para quienes dijeron que el actor cuando está ebrio dice lo que realmente piensa, adujo: “No saben de lo que están hablando o no sufren de esta enfermedad”.
Esta es la primera entrevista que concede el ganador del Oscar al mejor director por Corazón valiente desde su detención el 28 de julio en Malibú, California. Además, el actor admitió que lleva más de dos meses sin tomar alcohol pero que la mañana después de su detención todavía dio varios tragos, incluso cuando se estaba disculpando delante su familia.
