ESPECTACULOS
Carlos Casella

“Mi cuerpo está muy distinto”

El bailarín, actor y cantante, que ganó popularidad por sus trabajos con Griselda Siciliani, revisa cuestiones sobre travestismo, erotismo y cuidado corporal.

El. A los 47, el artista reconoce que tiene “pancita”. Para cuidarse, tiene una rutina que incluye el yoga.
| Gza. Emepé

Aunque para algunos es “el que canta con Griselda Siciliani”, Carlos Casella tiene una larga trayectoria propia. De hecho, la dupla Casella-Siciliani, que se destacó en la obra musical Estás que te pelas, se había iniciado años antes, cuando él era su profesor de danza. Precisamente, el baile es su lugar de origen: es egresado del Taller de Danza Contemporánea del Teatro San Martín y su consagración le llegó en los más de diez años, desde 1990, en que integró el grupo El Descueve. Ahora, con carrera individual, se destaca como bailarín, actor y cantante. Su espectáculo Babooshka. Canciones de mujer cosechó público desde su estreno, en 2009, y en cada una de sus reposiciones en el Maipo Kabaret, en Boris Club de Jazz, en Café Vinilo y en giras por Chile y Brasil. Ahora regresa apostando a llenar La Trastienda Club (Balcarce 460): su última presentación será el próximo viernes a las 21.
—¿Por qué vuelve “Babooshka”?
—Quedó pendiente, para mí y para los músicos [Jaqui Barra, Pedro Oneto, Nicolás Rainone y Alejandro Terán], hacer una celebración de los cinco años de Babooshka, que en realidad se cumplieron en 2014. Además, en cada show tenemos invitados: entre otros, Griselda, Alejandra Radano, y tengo ganas de que esté Elena Roger.
—¿Cómo es la relación con Griselda?
—Soy muy amigo de Griselda, así que trabajar con ella es una fiesta. De hecho, pasamos las fiestas juntos en su casa en Mar del Plata. La hija de Griselda es protagonista absoluta de todos nuestros momentos porque es muy divertida. Con Griselda somos prácticamente familia. Nos unió siempre el trabajo, pero el trabajo excedió ese ámbito. Antes, en diciembre, estuvimos doce días en España, haciendo Estás que te pelas allá.
—¿Por qué hay una recurrencia, en tus últimos trabajos, a tener el amor como temática?
—Yo agarro el tema de lo romántico porque hay un repertorio increíble que toca bastante el punto, pero no tengo interés especial en hablar del amor. En ese repertorio también hay letras que me parecen divertidas y me permiten una mirada irónica sobre el amor. En realidad, el tema de Babooshka es un hombre cantando canciones de mujer. Me acerco a lo femenino a partir del mundo masculino y sus fetiches: la corbata, los tiradores, el portaligas de hombres, los gemelos, la camiseta que va debajo de la camisa, que es como un corpiño. No es travestismo, sino llegar al límite sin atravesarlo.
—A tus 47 años y explotando el erotismo, ¿cómo cuidás tu cuerpo? ¿Sentís cierta exigencia sobre tu estado físico para poder trabajar?
—Después de los 40 [años] el metabolismo cambia; que nadie me venga a decir que no. Siempre fui un flaco así que morfo de todo, pero me cuido en las cantidades. Y mantengo una rutina de yoga, un entrenamiento que llega profundo a las articulaciones. Pero no siento una exigencia particular. Si tengo una pancita, está todo bien, tiene que ver con que soy un hombre más grande y juego con eso. Fantaseo con incluir mi nuevo estado físico. Por más que me veas flaquito, mi cuerpo está muy distinto, y eso lo voy a usar seguramente.