Darío Lopilato lo dice, sin perder onda, pero sin titubeos. “No me gusta hablar mucho del tema”. El tema, claro, es el sacudón emocional que significó para su familia el diagnóstico de cancér de hígado de Noah, el hijo de su hermana Luisana Lopilato y Michael Bublé. Hoy frente a otro feliz panorama para el niño, Darío es un tío genial, sin dudas, pero es también un actor que ha sabido recorrer el tramo desde la estación “ícono de la TV” (su Coqui en Casados con hijos) hasta su actualidad, donde es parte del film Sólo se vive una vez, intento local de jugar a la comedia de acción con nombres que el propio Lopilato se dio el lujo de ignorar cuando lo convocaron. Lopilato: “Laburo desde los 11 años, y justo terminaba de hacer Nafta Súper. Me dijeron que tenía que hacer un casting, mi representante, y es algo que no hacía hace años. Me pidió: ‘Tenés que ir de judío ortodoxo’. Fui, de mal humor, mal predispuesto, y sin nada de lo pedido. Me llamó mi representante y me dijo que me querían ver de vuelta. Pero vestido de judío ortodoxo. Y ahí me di cuenta: no tenía idea de la magnitud de la película. Gérard Depardieu, Santiago Segura, Peter Lanzani, la China Suárez, Pablo Rago. Gérard Depardieu… no lo podía creer”. ¿Cómo fue ver al gigante francés en el mismo set? “Estamos juntos en una de las últimas escenas. Lo conocí y como no hablo en francés le hablé prehistóricamente en inglés. Le dije: ‘Hola, que bueno estar acá con vos.’ ¡Se presentó! ¡‘Hola, soy Gérard Depardieu’! Me quedé viendo la escena que filmaba y te dabas cuenta la presencia que tiene. El, o Santiago Segura. Es que, más allá de que uno a veces tiene ganas de encarar el oficio por otros lados, en otros lugares, no se te cruza que vas a trabajar con alguien así en ningún momento”.
—No puedo creer que tu cuñado es Michael Bublé y no podés hablar en inglés…
—Con Michael Bublé somos parecidos. El a su nivel, claro, pero vos lo ves en la calle con la gente y te das cuenta. Mi hermana me lo dijo más de una vez: ‘Es parecido a vos Mike, porque de pronto se pone a hablar con todos’. No tiene esa cosa de no darse a la gente. El laburo lo sentís, seguro, pero a la hora de salir tenés a tu familia.
—¿Qué es la familia hoy para vos?
—Es todo. Son mis pies en la tierra. Mis oídos. Mis hijos. La familia… a veces podés pensar distinto, pero me acompañan en todas las decisiones que tomo. Si tuviera la oportunidad de volver a elegir a mi familia, aunque sea una frase hecha, la volvería a elegir. Mis viejos, mis hermanas, mis cuñados, son tipos de fierro que están en las buenas y en las malas, y más en las malas. También más en las buenas.
—Estás en teatro con “Bajo terapia”, se viene más teatro, tuviste la miniserie “Suplentes” y fuiste parte de “Nafta Súper”...
—Si bien a medida que uno va teniendo mucho trabajo se aprende que cada trabajo te deja una enseñanza y un crecimiento, aprendí a encarar las cosas desde otro lugar: antes me mojaba los pies apenas. Era actuar algo similar a jugar a la pelota. Pero va tomando otro tono. Es tu laburo. Te ponés más exigente. Yo creo me fue ganando la profesión misma.
—Siempre se habló de la fe de tu familia, ¿seguís siendo una persona de fe?
—Yo creo mucho en Dios. Creo mucho en él. Pero no como religión, sino como forma de vida que uno tiene. A la hora de hablar de religión, no soy religioso. Creo en él, creo que te escucha y que está. Si bien no quiero hablar mucho del tema, las últimas situaciones en mi vida me han fortalecido más en la fe. Hoy en día lo vivo como una forma de vida.
La parte de Coqui
—En esa situación que vivieron, se notó la fuerza que tienen como unidad, como familia y artistas. ¿Creés que fue así?
—A mí me pasa que tanto yo como mi familia somos como somos. Sabemos que esto es un laburo. Lo tenemos muy en claro. Hoy estás, mañana no estás. Es muy importante tomar conciencia de las cosas que uno hace. Me paran en la calle y me dicen: “Cuando te veo siendo Coqui en la tele me olvido de todo”. Ahí es donde uno cae. Que la gente te hable de cuánto se olvida de sus problemas en su vida viéndote en un programa de TV es donde tomás conciencia de que es un laburo hacer reír y que es un laburo necesario. Me dicen: “Decime papucho”. Es el cariño de la gente.
—¿Te enorgullece el recorrido profesional que han hecho vos y tu hermana?
—Tanto ella como yo estamos eligiendo cosas que nos hacen tener desafíos profesionales que nos mantienen vivos. A la hora de encarar, ya sea un tira o una peli, a mí y creo que a ella nos gusta buscar desafíos. La realidad es que me fascina y me enchufa cada vez más transformarme.
—¿Cuánto quedó de Coqui en vos?
—Todos los personajes que uno ha interpretado te dejan cosas adentro. Esa frescura que tenía de buscar Coqui, de experimentar. Pero me han tocado varios personajes. Fui el hijo de Roberto Carnaghi en El capo. Totalmente distinto. Me gusta mutar. A la hora de poder elegir, hoy en día, me gusta tomar distancia de Coqui. Quiero que Coqui esté en Casados con hijos. No quiero verlo en otro papel, en otra familia. Algo se me puede escapar. Es una partecita mía que logré construir.