Ella espera que el juez acepte su pedido para retirar la demanda de divorcio y volver a foja cero para ganar tiempo. Y él acaba de pedir la guarda provisoria de las hijas de ambos y, además, armó otra productora para competirle a Ideas más Ideas. Mientras Jorge Rial pasea por Nueva York con Mariana Antoniale, Silvia D’Auro, hace catarsis en su mejor diván, Twitter.
Lo que comenzó como una separación que cuadraba dentro de los parámetros del mutuo acuerdo se transformó en poco tiempo en un juicio contradictorio lleno de implicancias propias de un culebrón: dinero, pedidos de tenencia y propiedades.
¿La bisagra? La aparición de una mujer, Mariana Antoniale. Y si bien después de la tormenta llegó la calma, a Jorge Rial y a Silvia D’Auro ésta sólo les duró 45 días. Y la guerra volvió a estallar. Pero no en privado.