A los 16 años, cuando armó Arco Iris, además de las críticas recibidas porque su estilo no se podía encasillar en rock o folclore, escribió una canción que decía: “Soy un hombre de madera, un vigía de la tierra”. Hoy, cuatro décadas después y aunque el tema ya no integre su repertorio, Gustavo Santaolalla conserva en su esencia la nobleza de los buenos árboles y la mirada aguda del observador que plasma lo que ve en nuevas letras.
Ganador de dos premios Oscar, un Globo de Oro, líder del grupo Bajofondo, productor discográfico de nuevas bandas, es además dueño de una bodega de vino en Mendoza, también tiene su cerveza y posee una editorial de libros. Como si no le bastara, acaba de asumir la presidencia del jurado del YPF Destino Rock, junto a los periodistas Alfredo Rosso, Claudio Kleiman y Marcelo Fernández Bitar. Se trata del campeonato nacional de bandas que organiza la petrolera con el objetivo de darle una oportunidad a los músicos del interior del país, quienes sin distinción de edad y de manera absolutamente gratuita, sólo deberán “colgar” hasta el próximo 4 de julio su mejor canción en ypfdestinorock.com. El premio al ganador será la grabación de un disco.
Lea la nota completa en la edición de hoy del Diario Perfil.