Rodolfo Sciammarela (p) nació el 8 de octubre de 1902 y según el recuerdo de su hijo "venía de una familia de inmigrantes que llegó a fines de siglo, todos sus hijos argentinos, 11 hermanos, y mi viejo siempre fue un autodidacta enloquecido por la música, empezó a componer de chico".
El hombre, que "tocaba de oído" llegó a conseguir, por su talento, el aliento del mismísimo Gardel Gardel: "A través de la amistad con José María Caffaro Rossi, periodista del diario La Nación, hizo una entrevista con Gardel y mi padre tocó el piano y siempre contaba 'nunca podré olvidarme cuando Gardel apoyó la mano en la nuca de mi viejo y me dijo 'pibe vas a tener un gran futuro'", cuenta Sciammarella (h).
Su padre "hizo música de publicidad a partir de 1927", recuerda. "Con Enrique (por Cadicamo) cobraron por una leyenda publicitaria y Gardel se enculó; 'yo pongo la voz y ustedes cobran'. No guardaron nada, en esa época no tenían archivo, no tenían nada. La cinta quedaba en el estudio, tenías que hacer un disco de pasta y era un despelote. A partir del 40' y 50' se hicieron los discos de acetato que los pasaba de la cinta del estudio de grabación".
Recuerda Sciammarella (h) que en 1927, también, se realizaron los primeros jingles políticos. En 1928 su padre colaboró con la campaña por la última presidencia de Hipólito Irigoyen y "después de los socialistas de Alfredo Palacios y Sánchez Viamonte". A comienzos de la década del 60', el hombre que había llegado a la cúspide con el apoyo de Gardel viajó por trabajo a España. "Se iba por quince días y se quedó 12 años".
