ESPECTACULOS
chino darin

“Soy un tipo con mucha suerte”

Diversidad. En Pasaje de vida, como Alejandro Puccio para la TV y en Muerte en Buenos Aires.
| Cedoc Perfil / Raquel Flotta Prensa
A a la puerta del hotel de Microcentro donde está promocionando Pasaje de vida, el nuevo film  ya estrenado que protagoniza con Miguel Angel Solá, Darín está por consumar un atado de 20: “Fumo los rojo fuerte”, remarca. “Empecé cuando terminé la secundaria. De hecho, era un militante ferviente antitabaco, me resultaba desgradable el olor. Mi viejo fuma, mi abuelo paterno falleció de cáncer y probablemente la causa principal estaba ligada al tabaquismo, por eso siempre me asustó mucho que mi viejo fumara, y mi vieja también fuma pero tiene una voluntad terrible que cuando se lo proponía dejaba”, cuenta el hijo de Ricardo Darín y Florencia Bas. Su pico máximo de consumo fue cuando trabajó en la producción en El secreto de sus ojos: “Era el “che pibe” total –recuerda–. Me enviaban a buscar cosas al centro, Once, a la productora, devolver equipos. Ahora volví a fumar mucho de nuevo”.
—Se estrenaron cuatro películas en lapso de cuatro años, ¿cómo focalizás tu carrera con respecto al cine?
—Me tira el cine, siempre me apasionó, y parte del vínculo familiar está ahí. Mi viejo se dedicó a hacer cine exclusivamente, y un poco teatro. El dejó la televisión cuando yo era muy chico, con Mi cuñado,  por eso crecí con esos dos mundos. Televisión no miro.
—¿Por qué? ¿No te seduce?
—Me gusta ver cine. No miro ficción. Por ahí pispeo programas políticos o noticieros. Miro series de afuera, si hay algo nuevo acá curioseo pero no me engancho. No tengo constancia, soy caótico, y prefiero mirar un unitario o lo que sea en Netflix o internet.
—¿Qué ves? ¿“Intratables”?
—Sí. Me gusta verlo para comer, y quizá miro un rato a Fantino. Antes no miraba América.
—¿“ShowMatch”?
—Vi un pedacito de la apertura porque estuvo mi amigo, Matías Mayer cantando y va a estar en El clan Puccio... Me pareció algo pomposo, gran despliegue, no llegué a  ver la parte ficcionalizada.    
—¿Bailarías?
—¿Ahí?
—Sí.
—No. No soy buen bailarín, pero me gusta bailar. Me siento muy alejado, no le tengo prejuicio, y mi hermana lo mira... No me veo ahí, no me siento incentivado de estar. Si algún día me ves ahí es que lo hice por la guita. Espero que no me pase nunca.
En el film de Diego Corsini, el Chino interpreta al personaje de Solá de joven durante los años 70, y Solá continúa el relato de la historia de grande y exiliado en España.  El Chino confiesa que nunca conoció a Pedro Almodóvar y revela que le gustaría trabajar afuera: “He tirado algunos hilos en España. Tampoco sueño con trabajar en Estados Unidos, eh. Me gusta vivir en Argentina”.
—Tu viejo dejó la TV y se dedicó al cine. Ahora que estás en el mismo camino, ¿tomaste dimensión de lo que hizo?
—Sí, es un privilegiado. No conozco otro actor que no pueda laburar exclusivamente en cine. Los hay, que también les va bien, pero no con la carrera que tiene mi viejo,  y lo cierto es que no para de laburar. Sin dudas tomó una decision acertada.  
—¿Te sentís privilegiado también?
—Yo tengo más culo que nadie, tengo más culo que mi viejo. Me siento muy afortunado. Soy un tipo con mucha suerte, no me puedo quejar. Laburo como loco, trato de hacer mi parte, y me pasan cosas que no sólo tienen que ver con el esfuerzo. Eso es algo difícil de analizar.