Si hay una palabra que puede definir a Lucy Liu (45), es “badass”, es decir, una pateaculos. Al menos así era hasta Elementary, la serie de TV (cuya tercera temporada debutó el jueves a las 23.00 hs en Universal Channel) que desde 2012 es la reversión americana de Sherlock Holmes y donde Liu es la Dra. Joan Watson (serie que junto con la inglesa Sherlock han revitalizado el mito del detective británico). Ese estigma era su estampita: la pateaculos asiática (aunque nació en Queens). No es que no haya hecho otros roles, pero en el imaginario pop es difícil borrar a su Angel de Charlie y principalmente a O-Ren Ishii, el mítico personaje de Kill Bill, el doblete karateca de Quentin Tarantino, que la definió incluso más todavía que su participación en el año 2000 en Ally McBeal (donde era la dama dragón Ling Woo y donde se hizo conocida). Liu sostiene que: “Ya hubo una especie de revuelo cuando lo dije: realmente me gustaría que no me vieran únicamente como la asiática fría, casi bífida, que puede patear lo que se le ponga en el camino. No es que no sea divertido. Pero no hay variedad de roles en ese sentido: una vez en un casillero, sobre todo en uno así, fue difícil tener otros roles. Insisto: no es sacarse de encima lo hecho, amo eso y lo haría otra vez, el problema es la ausencia de lugares. En Elementary creo que encontré un lugar”.
—¿Creés que te han tocado mucho los mismos papeles?
—Me han tocado roles bastante estereotipados en mi vida. Trato de no hacer lo obvio, de no ir a los lugares obvios. Podría hablarse de un racismo, o al menos algo que hace que las cosas sean difíciles una vez que te tocó y vendió un determinado rol, es difícil salir del mismo.
—Lo que pasó cuando anunciaron que en “Elementary”, una serie que ubica a Sherlock Holmes en el presente y en Estados Unidos, el personaje de Watson sería una mujer... ¿es un ejemplo?
—Bueno, tomó un rato que la gente se diera cuenta que el hecho de que Watson fuera una mujer era realmente algo interesante. La primera reacción fue la conservadora, el enojo básico, y el pataleo. Fue como hacer una película y que 007 sea una mujer. Pero esas cosas cuestan tiempo. La gente entiende después de un rato que el mundo no va a detonar por el aire porque hay una mujer que es Watson. O por otros cambios que implican una tolerancia más grande.
—¿Por qué creés que Sherlock Holmes, entre su versión y la británica, es una figura que es revisitada? ¿Qué dice Sherlock Holmes de nuestro mundo?
—Hubo decenas de encarnaciones del relato de Holmes, pero las recientes poseen mucha repercusión. Pero, por ejemplo, al principio no quería hacerla. Creo que por eso, porque Holmes funciona en cualquier contexto y lo deja en evidencia.
—¿Qué aprendiste de tu trabajo con Tarantino, considerando que hablaste de que no te gusta ese estereotipo?
—Me enseñó a escuchar, como pocos directores lo han hecho. Cuando alguien te muestra ese nivel de pasión, tenés que responder. Cuando me presentó al personaje de O-Ren Ishii haciendo la voz, los efectos de sonido y los movimientos me di cuenta cuán importante es creer en lo que hacés. Obvio que ya creía en algo así, pero cuando lo ves en otro te contagia.
Debut como directora
Lucy Liu en Elementary, la serie que muestra a Sherlock Holmes en la actualidad y en Estados Unidos (que aquí es interpretado por Johnny Lee Miller, el actor que se hizo famoso por su rol en Trainspotting), no sólo se luce como la Dra. Watson, en “una relación que nunca devendrá en romance y que no nos interesa eso, al menos por ahora”, sino que también dirigirá un episodio de la serie. Pero otro de los trabajos como directora de Liu alcanza para mostrar sus intereses más allá del cine, donde no sólo es una pintora; también ha sido embajadora de Unicef: su corto Meena, estrenado este año, lidia con un tema tan pesado como el tráfico sexual de niños en la India. Liu: “Fue creado con el motivo de concientizar. Meena fue secuestrada por su tío y vendída a un burdel a los ocho años. Desde que trabajo con Unicef, este año me interesé en varias de estas cosas que los chicos sufren. Es tremendo lo que puede verse en lugares así.” Pero como no hace alharaca con su beneficencia, Liu tampoco promociona su otra faceta: la pintura. Liu: “Es difícil compartirlo, porque es muy íntimo, pero logré hacerlo. Pero no le hago una publicidad bestial, porque ahí expongo por completo. Pasa que cuando te exponés y alguien dice algo feo, te lastima. Soy muy sensible. Me cuesta mucho eso. Y por eso también tengo la caricatura de pateaculos.”