Con los años recién cumplidos, Leo Travaglio, el creador del famoso Club Esperanto, habló con Perfil.com de sus inicios en la noche, de los distintos momentos de su actual boliche, y confesó: “También vienen políticos”. Además, se refirió al Burrito Ortega, sobre el Ogro Fabbiani opinó que es “un atorrante tremendo” y criticó a Ricardo Fort: “Es muy bipolar”.
Travaglio tuvo la “crisis vocacional típica” al terminar la secundaria. Se inclinó por la Educación Física después de intentar con Publicidad y Ciencias de la Educación. A su vez, jugaba al vóley: “Llegué a la Primera de Boca, pero una lesión me alejó del deporte de alto rendimiento”.
Su primer contacto con la noche fue “como tarjetero de un boliche en Villa Gesell”. Allí entendió que “le dejaba mucha guita al dueño del lugar” y le propuso a su padre abrir una discoteca en el '90, en la ciudad balnearia. “Dixit fueron 10 años ininterrumpidos de éxito rotundo y significó una universidad de la vida, mi capacitación real”, contó el empresario.
“Cuando abrí Esperanto creí que íbamos a romper el mercado, a tener un éxito automático, pero nada de eso sucedió”, expresó Travaglio. Explicó que le “costó entender el negocio de la gastronomía porque nació siendo un restaurant”, aunque lo transformó y al poco tiempo se dio cuenta que hizo la “versión porteña de Dixit”.
“Vienen empresarios, modelos, artistas, y hasta políticos, aunque la gran mayoría es gente normal”, contó. Y destacó que “el secreto de Esperanto pasa por ser un lugar popular con glamour”.
También apuntó a distintos momentos que atravesó Esperanto: “El primero fue de la mano de Nazarena Vélez y del 'palo' revista; ahí se hizo conocido”, señaló. Al mismo tiempo, aseguró: “Al famoso no le gusta que lo 'choluleen', pero tampoco que lo ignoren” y necesitó mudar el boliche a Palermo para “poder brindar un servicio vip a esos personajes”.
La segunda etapa de Esperanto la protagonizaron futbolistas y botineras. “El que dice que por nuestra culpa Ortega es alcohólico, es un tarado que no tiene ni idea”, lanzó Travaglio. Además, afirmó que algunos entrenadores inventaban charlas con él para informarlos acerca de quiénes habían ido al boliche la noche anterior: “Lo usaban como herramienta de presión al jugador, pero nunca existieron esos llamados”.
Con respecto a Fabbiani, manifestó: “Es un tipo que yo quiero mucho, pero un atorrante tremendo, que venía la gran mayoría de las noches”. Y mencionó la tapa de Olé en 2009, con la declaración de Gorosito (técnico de River en ese momento) que decía: “Si no va a Esperanto ahora, ¿cuándo va a ir”. Aclaró que le valió como “posicionamiento de marca”, pero generó “un prejuicio falso” sobre la gente que iba.
La última etapa fue con la aparición de Fort. En 2010, Travaglio le dedicó una carta pública en la que cuestionaba al millonario mediático. El dueño de Esperanto explicó: “Es muy difícil que alguien que nunca trabajó, entienda que el dinero se gana de esa manera”. Y cerró: “Se enojaba porque yo no revelaba cuánto gastaba, pero me mandaba a decir que él no tenía que pagar”.
-A partir de la aparición de Ricardo Fort cambió el perfil de Esperanto. ¿Es el cliente soñado?
-Es un cliente buenísimo, de esos que marcan una diferencia. Un tipo que te marca un antes y un después al lugar. Pero Ricardo es muy bipolar: un día lo tenés como cliente, al otro día es un problema, porque cuando empezó a venir era un millonario casi desconocido. Y vi que iba rumbo a la debacle, por lo que Esperanto también, entonces tomé distancia.
-Vos tuviste un conflicto con él...
-Sí, porque era un tipo inaccesible, inabordable, con un discurso de “yo soy millonario, miren la plata que gasto, miren cómo vivo”. Entonces no comprendí cómo se ofendía por no develar cuánto gastaba, al mismo tiempo que me mandaba a decir que él no tenía que pagar.
-Con respecto a tu programa en Magazine, El Código, ¿con qué objetivos lo produjiste?
-Quería volver a un viejo amor que son los medios, porque yo me siento un comunicador. Era darle una vuelta de tuerca a la marca Esperanto y contar el back. Las historias que pasaban excedían la nota puntual mediática de Instrusos o Canosa.
-Como negocio: ¿los medios o la noche?
-Como negocio, la noche. Yo todavía no encontré en los medios ese negocio.
-¿Y el que más te gusta?
-Los medios, sin ninguna duda.
(*) Con la colaboración de Juan Ignacio Velcoff. Especial para Perfil.com