Estudió pedagogía en el Conservatorio Nacional, luego se formó con Alejandra Boero. Confiesa que pasó por el taller de Agustín Arezzo sólo por un año, y que también lo marcó. Decidió no participar de la gira que emprenderán los espectáculos de Daniel Veronese, porque no quiere dejar de enseñar en su taller y quiere gestar sus propios espectáculos.
Recibió uno de los pocos grandes subsidios del Instituto Nacional del Teatro, que consistió en $25.000 para la producción de esta Venus de las pieles que se presentará –por ahora– sólo los viernes a las 23 en el “Portón de Sánchez”.
Conoció a Carolina Fal en Panorama desde el puente , donde compartieron escenario, aunque ya se habían cruzado en Resistiré. “ Quería hablar del amor, pero a fondo –asegura Quinteros– hasta que encontré esta novela y sentí que era una mirada política que iba más allá del masoquismo. Aparecen todas las relaciones… hasta las laborales.El Marqués de Sade es más conocido, por eso fue un descubrimiento introducirme en el mundo de von Sacher-Masoch y en su universo de la belleza del dolor. Es más perverso que Sade, en el que aparece sólo la crítica institucional. Hay que aclarar que uno no victimiza al otro sin su voluntad. No es una secuencia de tortura, ya que estos seres encuentran el goce a través de la violencia.
—¿Por qué eligió a Carolina Fal para este papel?
—Necesitaba una actriz de su edad, con experiencia y mucha potencia para hacerlo. Es talentosa y tiene nivel de riesgo. Le gusta actuar en estos bordes. Claro que si el espectador busca sangre se equivoca, hay latigazos y cachetadas, pero sólo es teatro. Los personajes se seducen y cuando debe llegar el goce recurren a los golpes, al dolor. Hay sensualidad, belleza, por eso recurrimos a varios elementos barrocos, pero también se encontrarán con el suspenso. No buscamos una lectura superficial.