Para muchos, Marisa Monte se convirtió en una referencia a partir de su participación en Tribalistas, el proyecto musical que la unió a otros dos ilustres músicos brasileños, Carlinhos Brown y Arnaldo Antunes. Aquella alianza fue feliz en todo sentido: óptimos resultados artísticos y excelentes ventas (un millón y medio de copias del disco editado en 2002).
Cantante, multiinstrumentista, productora, ha trabajado con David Byrne, Philip Glass y Arto Lindsay. Ahora regresó a Buenos Aires (había estado ya en el 2001, en el Teatro Coliseo), para presentar su espectáculo Universo particular , apoyado básicamente en el repertorio de “Infinito particular”, delicioso álbum de pop (Marisa prefiere definirlo como “disco de canciones contemporáneas”) .
—¿Qué recuerda de su anterior visita a la Argentina?
—Recuerdo que el argentino es un público muy cálido. Y quedé muy impresionada con el nivel de la prensa: son muy conocedores de la música brasileña, a veces más que en mi propio país. Mi diálogo con el público brasileño es más intenso, claro, porque es más constante. Pasaron seis años de mi anterior visita ya, y eso no ayuda a establecer un contacto tan fluido como quisiera, pero mi recuerdo es el mejor.
—¿En Brasil no se sabe demasiado de la música argentina, no?
—Brasil tiene una producción cultural muy fuerte. Somos una referencia en todo el mundo por una cuestión de volumen, por eso quizás no miremos tanto hacia fuera. La verdad es que sería bueno que haya una integración mayor y que los brasileños sepamos más de lo que se produce en el resto de América Latina. Me gustaría saber más de lo que sé de la música argentina, claro.
—¿Qué importancia tiene hoy el tropicalismo (movimiento de finales de los 60 que encabezaron Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa y Os Mutantes, entre otros, reivindicado hoy por artistas como David Byrne y Beck), en la música brasileña?
—Parecida a la que tienen otros momentos. Fue una época de esplendor, pero también hubo otras: la música de los 30 y los 40, artistas como Dorival Caymmi y Carmen Miranda, la movida del rock de los 80... El tropicalismo desestructuró mucho, claro. Hasta su llegada, existía una gran distancia entre la música popular brasileña (MPB) tradicional, muy politizada, y el pop. El tropicalismo le dio a la música de masas una estatura de arte.
—“Geranio”, uno de los temas más bonitos de Infinito partcular (y uno de aquellos en los que aparece como invitado Philip Glass) , parece hablar de ti. ¿Cómo te sentís al cantarla?
—En verdad, diría que es un retrato mío pero hecho por otra persona. Aunque la canción está escrita en tercera persona y no en primera, lo que complica todo un poco más (risas). Pero sí, me siento identificada con la letra. Creo que la letra habla de muchas mujeres, no sólo de mí. La clave está en la última parte de la canción: “despreocúpate, piensa en lo esencial/duerme y despierta”. Esto es: vale la pena pensar sólo en lo importante. Cada uno sabrá qué es.
—¿Cómo conociste a Philip Glass y a David Byrne?
—En la época de “Rei Momo” (disco que Byrne grabó en el 89, el mismo año en el que Marisa hizo su primer álbum, “MM”), él me invitó a un concierto en Brasil, pero no pude ir. Sin embargo, quedamos en contacto. El está muy interesado en la música de América Latina, se sabe. En el 95 trabajamos juntos y fue maravilloso, porque nuestro vínculo excede lo musical y pasa por otras convicciones. En el 94 establecí contacto con Philip y también fue excelente: él es muy objetivo, muy concreto. Esta vez lo llamé, le dije que tenía unos arreglos escritos y simplemente que quería que él se hiciera cargo en la grabación.
—¿Tribalistas es un proyecto clausurado?
—No, para nada. De hecho, tenemos muchos temas que han quedado inéditos. Carlinhos Brown, Arnaldo Antunes y yo somos artistas diferentes unidos en un proyecto en particular al que decidimos llamar Tribalistas en esa oportunidad. No sé ni siquiera si en el futuro tendremos ese nombre. Todos tenemos una carrera solista muy desarrollada, y simplemente nos unimos para ese proyecto especial, pero nunca nos pensamos como un grupo. Más bien somos un colectivo ocasional. Es una diferencia sutil, pero importante. Podemos hacer otro disco con otros artistas, también, con temas nuestros o de autores que nos gusten... ¿Quién sabe?