"Ella sabe captar ese humor surrealista y absurdo que te permite caminar por la cornisa sin caer en la grosería”, elogia él. “Destaco su dulzura para tratar a todos los compañeros sin perder la solvencia, es alguien con quien te sentís segura, que va al frente con mucha autoridad. El medio se ha vuelto muy agresivo, con tanto afán de figurar, así que trabajar con alguien tan dulce es un placer”, piropea ella.
Nunca habían compartido un micrófono hasta ahora: todos los sábados y domingos, de 10 a 13, Florencia Ibañez y Guillermo Stronatti se juntaron en A vivir que son dos días por radio Continental, con Cecilia Absatz y Sergio Kanevsky como colaboradores. “Eso sí, dentro de un mes ya damos notas por separado”, se ríen ambos locutores.
Vienen de pasar el duelo de la separación. Pero no de sus parejas, en el amor, sino en el trabajo. Ibañez fue la partenaire hecha a la medida de Rolando Hanglin, en la AM 590 como en el teatro: “Separarme me llevó días llorando mal, después de 15 años de vernos cotidianamente”. Stronatti fue el otro yo de Alejandro Dolina, el que con una mirada ya sabía dar el pie y adivinar el próximo movimiento: “Estuve 21 años con él y 20 con mi mujer, así que era hora de quedarme en casa porque si no ‘El divorcio será terrible’ (parafraseando el nombre del clásico programa que hacían a la medianoche). Y venía madurando la posibilidad de armar algo los fines de semana”.
Ambos compartían la misma sensación provocada por igual causa. Tanto “Lani” Hanglin como “el Negro” Dolina se mudaban de Continental a Radio 10 y ellos, Ibañez y Stronatti, debían decidir si los acompañaban o no. “Nos hablábamos por teléfono, nos consolábamos. Es que somos geminianos los dos”, explica “Flopi”.
—¿Por qué no se fueron ustedes también a Radio 10?
— F.I.: Yo no me quería ir de Continental pero me dolía mucho no irme con Rolando. Pero algo en mí me decía que no era el momento. La propuesta estaba pero no me convenció. En Radio 10 me recibieron diciéndome que era una Ferrari pero prefiero una combi con amigos tomando mate y haciendo un buen programa . Me parecía que yo tenía más que ver con el feeling de Continental.
— G.S.: Mientras Dolina estaba negociando, me llamaron de la 10 –en la que ya había trabajado en 2002 con el Chango Torres— pero no llegué a un acuerdo económico. No permiten las coproducciones y yo siempre me he defendido con la venta de publicidad. Tengo una agencia (GS Comunicación, en homenaje a mí), que es lo que me da de comer, pero en Radio 10 no se pueden compatibilizar las dos cosas. Además, la satisfacción económica en las AM es sólo para los conductores, que son las figuras que convocan.
—F.I.: La propuesta económica de Radio 10 no era buena, el sueldo no era de Ferrari. Y me pedían exclusividad por muy poco dinero. Por otro lado, Continental dobló la apuesta y me propusieron más cosas (es la locutora de Victor Hugo Morales de 9 a 13 y conduce Gente de provincia de 23 a 24). Así que me siento muy feliz, salvo por lo de Rolando que lo adoro.
—¿Por qué Radio 10 es la más escuchada?
—G.S.: Siempre hubo radios imbatibles durante mucho tiempo. Como Rivadavia en los 60 y 70. Recién en los 80, Mitre se le empezó a acercar.
—F.I.: Se respira todo el tiempo un humor fácil, de doble sentido.
—¿Cómo quedó la relación con sus ex?
—F.I.: Con él quedó todo bien, le deseé suerte, lo llamé después del primer programa... Pero creo que, superado el duelo, nos vino bien a los dos, nos va a hacer bien tomarnos una distancia.
—G.S.: Nuestra relación va más allá de lo laboral: jugamos al fútbol juntos, nos llamamos, vi crecer a sus hijos. Claro que costó porque dejás algo que funciona, que hacíamos de taquito, premiado y reconocido.
—F.I.: Él porque es humilde no lo cuenta, pero los oyentes dicen que el programa ya no es igual.
—¿Y qué le dicen a usted?
—F.I.: Algunos, que estuve bien en hacer el corte y otros, que me extrañan con Rolando. Pero, bueno, ya está.
—¿Hacé terapia?
—F.I.: Antes, por el machismo que hay en la radio, porque para las mujeres cuesta hacerse un lugar. Y cuando estaba con Lani, porque me costó trabajar con estrellas. Ya no.
— G.S.: Porque ahora está conmigo (risas).