Durante estas semanas hablamos sobre cómo la alimentación acompaña al entrenamiento, desde el día a día hasta las carreras. Aprendimos que comer bien no es sumar calorías, sino nutrir el cuerpo para que pueda entrenar, recuperarse y prevenir lesiones.
Pero tanto en la alimentación como en el entrenamiento, el secreto está en el proceso. No se trata de hacerlo perfecto, sino de ser constantes. Los resultados llegan cuando sostenemos los hábitos, cuando entendemos que comer bien no es una dieta, sino parte del entrenamiento invisible que potencia cada zancada.
Y ahora que se acercan los encuentros, las despedidas y las fiestas, vale recordar que no “tiramos todo por la borda” por disfrutar. También es salud compartir una comida rica, brindar, descansar y conectar con los demás. La clave está en mantener el equilibrio y volver a la base: cuidar el cuerpo sin dejar de disfrutar.
Algunos consejos para estos días:
- Hidratate bien durante el día; si el entrenamiento es largo o intenso, considerá bebidas deportivas.
- Hacé tus ingestas intra en entrenamientos largos, aunque el día anterior hayas comido más.
- Comé al menos tres frutas diarias, variadas en color y tipo.
- Sumá vegetales crudos y cocidos en las comidas principales.
- Dormí y descansá bien: es clave para la recuperación.
- Organizate: si hay una cena o evento, priorizá comidas livianas y nutritivas durante el día.
- Evitá entrenar en ayunas tras noches con alcohol o comidas pesadas.
La alimentación no se pausa en diciembre: se adapta. Cuidar el cuerpo, disfrutar de los encuentros y sostener los hábitos son parte del mismo proceso.
Porque comer bien, entrenar y disfrutar también es una forma de rendir mejor.
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